Celebramos la recuperación de otra de las nietas y nietos que buscan infatigablemente las Abuelas de Plaza de Mayo desde hace casi cuarenta años. Cada recuperación de identidad es una nueva victoria de los derechos humanos y de la democracia genuina, pero también es una reparación para quienes sufrieron en carne propia la brutalidad de la dictadura cívico militar que destrozó a una generación de militantes para imponer los intereses de una minoría privilegiada. Y cada recuperación, además, es otra confirmación del enorme valor de la voluntad política que en la última década exhibieron los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner para avanzar a fondo contra el manto de impunidad que protegía a los represores militares y a sus cómplices civiles, y que impedía el ejercicio de la memoria plena, de la justicia, de la reparación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario