Ambito Financiero - Nota - Política - Pag. 6
Radicales K piden convocar al campo
Los radicales kirchneristas de Julio Cobos se reuniránel lunes próximo con Néstor-Kirchner para pedirle que el gobierno retome la convocatoria al diálogo en la crisis con el campo. Sólo impondrán una condición para ir a ver al ex presidente: que la reunión de la semana que viene no se realice en la sede del Partido Justicialista. Alarmados por el creciente protagonismo, no sólo del PJ, sino también de la CGT de
Hugo Moyano y los piqueteros de Luis D'Elía, los radicales de la Concertación Plural asistirán el lunes a una cumbre con Kirchner y otras fuerzas afines a la Casa Rosada, como el Frepaso de Eduardo Sigal, la Democracia Cristiana, el socialismo kirchnerista de Oscar González y el Movimiento Libres del Sur de Humberto Tumini.
Cobos fue propuesto por Luciano Miguens (Sociedad Rural), Eduardo Buzzi ( Federación Agraria), Mario Llambías (Confederaciones Rurales) y Eduardo Gioino (Coninagro) como mediador en el conflicto de más de 80 días entre chacareros y la Casa Rosada por las retenciones móviles. Y aunque el vicepresidente radical impulsa acciones puntuales en pos del diálogo, como una visita al Arzobispado de Buenos Aires donde le pidió en persona a Jorge Bergoglio que el Episcopado emitiera una urgente convocatoria al campo y al gobierno para retomar las negociaciones, el ex gobernador de Mendoza se define como parte del oficialismo y por lo tanto se autoexcluye como posible mediador.
Pero el vicepresidente está asfixiado por los constantes reclamos de intendentes de zonas rurales como el de San Pedro, Mario Barbieri; el de Ramallo, Walter Santalla, y el de Pergamino, Héctor «Cachi» Gutiérrez, quienes en abril se reunieron con Daniel Scioli para gestionar un encuentro con Cristina de Kirchner sin ningún resultado.
Cobos se animó incluso a despegarse públicamente del documento emitido por Néstor Kirchner el martes pasado en la sede del justicialismo, acusando a las entidades rurales de tener ánimo «destituyente» y « golpista». «Es una expresión de un partido al cual yo no pertenezco. Lo que hay que rescatar es que ha salido con un apoyo al gobierno y a la presidente de los argentinos. En lo demás, todos deseamos la recuperación del diálogo y que esto avance por el bien de todos los argentinos. Todos deseamos encontrar una solución en ese sentido», aseguró el presidente del Senado a través de un comunicado.
El miércoles pasado durante una sesión especial del Senado, el radical kirchnerista Pablo Verani sorprendió al firmar el proyecto de ley presentado por la oposición para eliminar las retenciones. La iniciativa impulsada por los radicales y la Coalición Cívica proponía la derogación de la Resolución Nº 125 del 11 de marzo de 2008 del Ministerio de Economía, cuando estaba bajo el mando de Martín Lousteau, sobre las retenciones móviles.
Ignorados por la Casa Rosada, pero también sancionados por la cúpula de la UCR que dirige el senador jujeño Gerardo Morales, ahora los radicales kirchneristas analizan la posibilidad de conformar un nuevo partido para poder competir en las elecciones legislativas de 2009. El dato fue confirmado ayer por el secretario general del radicalismo en la Concertación y subsecretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, Horacio Quiroga.
«No es nuestro deseo ir por fuera de la UCR y crear otro partido, pero no nos están dejando otro camino, tenemos la legítima aspiración de ir por la conducción del partido pero si no levantan las sanciones no podemos hacerlo», explicó Quiroga desde Neuquén.
E.R.
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Crítica - Nota - El País - Pag. 2
CÓMO ES EL NUEVO ESQUEMA DE LAS RETENCIONES
Guía para entender
El fisco no sacrifica recaudación, pero el tributo sube menos si se disparan los precios internacionales. Se reabre el mercado de futuros.
Con los retoques de anoche a las retenciones, el Gobierno apuntó a desarmar los dos principales argumentos técnicos del ruralismo contra el aumento del 11 de marzo que desató la revuelta gaucha. El primero, que el esquema de alícuotas móviles no permitía atraer inversiones al campo ni atenuar riesgos climáticos mediante el mercado de futuros. El segundo, que las compensaciones para los productores chicos alcanzadas por el impuestazo llegaron siempre tarde, mal y nunca.
Los cambios en los porcentajes no implican que el fisco vaya a recaudar menos plata por las retenciones ni que los productores vayan a pagar menos en lo inmediato.
El sistema sigue siendo móvil.
La reducción se notará sólo si la tonelada de soja sobrepasa los 600 dólares (hoy se vende a 470) o si la de girasol se dispara por encima de los 700, de los 600 actuales.
El ministro de Economía, Carlos Fernández, puso como ejemplo que si el poroto de la discordia llegara a 750 dólares, las retenciones serán del 52,7% y no del 58,5% como dictaba la norma de Martín Lousteau. Y que si el girasol llegara a 900 dólares, la alícuota también sería del 52,7%, en lugar del 59,1% previsto por la resolución 125/08.
Según las proyecciones de la banca y los organismos internacionales, es muy improbable que esa disparada se produzca luego de que las oleaginosas duplicaron su valor entre octubre y marzo pasados. La hipótesis del “techo” también es abonada por la evolución de los precios desde el 11 de marzo: la soja, por caso, llegó a un récord de 568 dólares a fines de febrero y desde entonces sólo perdió terreno.
Por eso, quienes levantaron sus cosechas de granos un mes atrás y las guardaron en silos o plásticos por si el Gobierno retrocedía perdieron plata. Les habría convenido exportar de inmediato, antes de las últimas bajas. Incluso pagando las retenciones de Lousteau.
En el caso del trigo y el maíz, los recortes impositivos de ayer se suman a los del 11 de marzo, que habían sido leves pero también hacia abajo. La idea oficial es hacer más atractivo el cultivo de esos cereales para frenar el avance de las oleaginosas. Pero los ruralistas argumentan que igual el trigo tiene vedada la salida al exterior.
Alberto Fernández dijo ayer que lo liberaría si se blanqueara todo lo que se opera en negro, aunque los productores no le creen.
Los mercados de futuros se habían vuelto inservibles con el esquema de Lousteau, en un error técnico que él mismo admitió más tarde ante sus íntimos.
De su fórmula surgía que el fisco se apropiaba de 95 centavos por cada dólar que aumentara la soja por encima de los 600 dólares.
Así perdía sentido apostar al alza, porque el precio al productor casi no variaba a partir de allí.
Con la nueva curva, menos empinada, los futuros recuperaron vigencia. Se rehabilitó la especulación con los granos pero también el mecanismo para transferir parte del riesgo (y de la ganancia) del productor al especulador.
En el caso de las compensaciones para los productores chicos, aún resta ver la normativa hoy en el Boletín Oficial. Hasta ahora, se habían registrado menos de cien solicitudes. El jefe de Gabinete dijo que se podrán tramitar en las entidades rurales, los municipios y las gobernaciones. Y prometió mecanismos para que cada distrito adelante los pagos y luego se los cobre al ente nacional que las liquida.
Según Fernández, los reintegros para agricultores de zonas marginales se podrán tramitar con un simple código de Monotributo.
Eso implicaría facilitar el acceso a ellos pero también que el fisco se hiciera el distraído ante un muy probable caso de evasión, ya que un campo de 100 hectáreas en cualquier punto del país debería facturar mucho más que lo permitido a la más alta de sus categorías.