lunes, 28 de abril de 2008

28 de abril de 2008

Clarín - Nota - El País - Pag. 9
EL DIRIGENTE, AUN INTERNADO EN UNA CLINICA, APOYA AL GOBIERNO
Rivas volvió a hacer política y busca encolumnar al socialismo


Horacio Aizpeolea
haizpeolea@clarin.com

El dirigente socialista Jorge Rivas, aún internado en una clínica de rehabilitación neurológica tras haber sido sufrido un golpe en la cabeza durante un asalto, continúa haciendo política: sus colaboradores difundieron un comunicado, en el que Rivas insta al socialismo a estrechar filas con el Gobierno.

"El socialismo tiene que participar de los esfuerzos que el Gobierno nacional despliega para que el país crezca con equidad, para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y para asegurar la vigencia de los derechos humanos", dice el parte.

El dirigente socialista Oscar González, en charla con Clarín, integra el grupo de amigos que visitan a diario a Rivas, en la habitación 124, del Instituto Fleni, en Escobar. "Jorge está absolutamente informado de todo lo que sucede; ve televisión, lee, y hasta opina cáusticamente", describió.

En noviembre, Rivas fue asaltado en el partido de Lomas de Zamora. El golpe que recibió en la cabeza lo dejó tres días en coma, al borde de la muerte. En octubre, Rivas había sido reelecto diputado nacional por la lista oficialista. En diciembre, Alberto Fernández lo confirmó como subjefe de Gabinete presidencial, cargo al que había accedido unos meses antes. Junto a González, Ariel Basteiro y la cantante Susana Rinaldi, Rivas encarna el sector socialista afín al Gobierno.

A principios de mes, causó sorpresa la candidatura de Rivas para la titularidad del partido. Las internas partidarias se realizarán el 8 de junio. La otra lista propone la reelección del senador nacional Rubén Giustiniani, a quien acompaña el gobernador santafesino Hermes Binner.

"Su evolución es lenta pero diaria; si está en condiciones en junio, y de ganar nuestra lista, Jorge asumirá la presidencia del partido", dijo González. Desde hace un tiempo, Rivas se comunica con su entorno a través de una tabla plastificada que contiene grupos de letras, las que son señaladas por el paciente para armar las palabras.

El comunicado agrega que Rivas competirá en la interna "con la fracción que se opone al Gobierno y que participa de la fuerza de centroderecha Coalición Cívica (CC), de Elisa Carrió". Para el grupo de Rivas, la discusión pasa por la alianza con la CC.


Clarín - Nota - El País - Pag. 6
PRIMEROS MOVIMIENTOS COMO JEFE DEL PJ, CON DISCURSOS DUROS
Kirchner, en una ofensiva que busca afirmar a Cristina pero también complica


Eduardo Aulicino
eaulicino@clarin.com
El conjunto de situaciones críticas que enfrenta el Gobierno –la inflación, el conflicto rural, el recambio obligado en Economía, las internas– terminó por generar un cuadro que hasta extremó el tipo de apoyo a la gestión presidencial que imaginaba el ex presidente para el rearmado del PJ, a l menos en su expresión pública. La idea era un sostén más estratégico, para asegurar alineamiento partidario y perfilar el horizonte electoral, pero Néstor Kirchner estrena su lugar como jefe de una batalla para recuperar terreno político, con movimientos que a veces dañan otros planes propios orientados en la misma dirección.

Esta ofensiva lo expone en el centro del poder más de lo que muchos imaginaban cuando dejaba la presidencia, con costos para la imagen de la actual gestión. Agrega dudas a la intención de armar un acuerdo con sectores de la producción para presentarlo en la celebración del 25 de Mayo, pero además complica la relación con aliados y hasta con sectores que sin serlo, cuidaban sus movimientos para no quedar en el lugar de opositores abiertos.

Entre los efectos relacionados con su fuerte exposición y el cambio de ministro de Economía –expresión, en buena medida, de su modo de acción–, se destacó el nivel de cuestionamiento realizado por el socialista Hermes Binner.

No es un dato menor para el Gobierno y tampoco para l a a mplia franja opositora. El gobernador de Santa Fe fue quizás el más incisivo para criticar el juego establecido en el máximo nivel del poder político. "Verdaderamente, necesitamos que haya un solo presidente", dijo.

Binner mantuvo desde que asumió como gobernador una cuidada relación con Cristina Fernández, verificada en el intercambio de visitas oficiales. En los momentos de mayor tensión con el campo, exhibió siempre una posición de comprensión hacia la protesta, pero con una posición negociadora. Y hasta hizo llegar una propuesta a la Rosada. No fue muy considerado y las nuevas cargas de Kirchner contra los sectores agropecuarios acrecentaron las distancias, según señalan en medios socialistas, cuando en realidad ofrecía un buen puente para acercar posiciones con la dirigencia rural.

No es lo único que ocurrió en la relación con Binner. Los socialistas K –básicamente, de Buenos Aires– intentaron hace un par de meses una ofensiva para acercarlo al oficialismo y aislar a la conducción nacional partidaria, que encabeza Rubén Giustiniani y que es crítica del Gobierno. En medios kirchneristas trascendió que esa idea no contaba con aliento decidido de Kirchner. Pero los k del socialismo mantuvieron su ofensiva.

Esa interna, expresada en la pelea por la conducción partidaria, se resolverá en junio. Y los dirigentes aliados al Gobierno, Ariel Basteiro y Oscar González –de diálogo directo con la jefatura de Gabinete–, enfrentarán a la lista de Giustiniani, que cuenta con Binner y la estructura porteña entre sus principales apoyos. Los resultados, entonces, superarán en su lectura política los límites del socialismo. También con los aliados del radicalismo Kirchner ha tenido problemas. El ex presidente está concentrado en su papel como jefe del PJ, pero se hizo tiempo para recibir en la residencia de Olivos –centro de actividad que está relegando a las oficinas de Puerto Madero– al vicepresidente Julio Cobos, como gesto para amortiguar los conflictos en esas filas.

Aquella cita fue armada por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que en medio de otras tareas mayores, se encargó de darle argumentos a Cobos para responder a planteos de algunos gobernadores y varios intendentes que reclaman mayor atención del oficialismo. El tema no está saldado, al menos a juzgar por algunas ausencias en un encuentro previo encabezado por el vicepresidente. Se espera ahora otra señal: la integración de una mesa formal de la Concertación que responde al Gobierno.

Kirchner, entre tanto, prepara el acto de asunción como jefe del justicialismo, previsto para dentro de diez días. Allegados al ex presidente no descartan, además, otras presentaciones en el interior del país. La coyuntura aportará en la definición de la agenda, y también en el tono del discurso.