viernes, 9 de mayo de 2008

9 de mayo de 2008

Clarín - Nota - El País - Pag. 16
Los kirchneristas que le temen al PJ


El miércoles a la noche, después de su recorrida mediática para fijar la posición del oficialismo por la vuelta al paro del campo, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no se fue derecho a su casa a descansar. Pese al cansancio, quiso cumplir con el compromiso que tenía agendado desde hace un tiempo: una cena con un grupo de dirigentes porteños que le responden y que no pertenecen ni al Partido Justicialista ni al radicalismo. Cuando Alberto Fernández llegó al restorán Prosciutto, una hora y media tarde, ya estaban sentados a la mesa las ministras Graciela Ocaña y Nilda Garré, el senador Daniel Filmus, la diputada Vilma Ibarra, el funcionario de la Cancillería, Eduardo Sigal; el titular de los Cascos Blancos, Gabriel Fuks; el secretario de Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina; y los socialistas Ariel Basteiro y Oscar González, entre otros. Dicen que nadie se animó a preguntarle al jefe de Gabinete por los rumores sobre su renuncia. Aún así, Alberto Fernández aprovechó el encuentro para recordar que él les había recomendado a Néstor y Cristina Kirchner un profundo cambio de Gabinete a partir del 10 de diciembre de 2007. Pero ese no fue el tema central de la cena, ya que más de uno se atrevió a expresar en voz alta su preocupación por los esfuerzos de Kirchner por liderar el PJ en desmedro del resto de los partidos que integran la llamada Concertación Plural. Ocaña fue una de las más críticas: "Kirchner tiene la obligación de liderar un proceso mucho más amplio que pueda articularse con otros sectores", dijo y fue una de las primeras en retirarse. El encuentro se prolongó hasta la madrugada. Hasta que el cansancio del jefe de Gabinete se tornó insoportable.


Página 12 - Nota - El País - Pag. 12
EL JEFE DE GABINETE REUNIO AL OFICIALISMO NO PEJOTISTA EN SENDAS CENAS Y ALMUERZOS
Fernández le baja línea a la tropa
Ministros, legisladores y funcionarios fueron convocados el miércoles a la noche a una cena por Alberto Fernández. Ayer, el encuentro se repitió con legisladores porteños. Respaldo a la conducción de Kirchner en el PJ y a la política oficial.


Por Martín Piqué
Una cena y un almuerzo en menos de 24 horas. En los últimos días, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, le imprimió a su agenda un vértigo típico de los momentos de cambio. O de incertidumbre. El miércoles a la noche, Fernández se reunió con más de treinta dirigentes de la centroizquierda K que no forman parte, ni están interesados en hacerlo, del Partido Justicialista. La cita había sido programada por la ministra de Salud, Graciela Ocaña, quien mandó reservar una mesa bien grande en el restaurante Prosciutto, de Venezuela y Salta. La cena duró hasta las 2.30 de la madrugada. El raid de Fernández siguió pocas horas más tarde: ayer al mediodía volvió a sentarse a la cabecera de una mesa. Esta vez fue en el restaurante I Fresh Market, frente al Hotel Hilton de Puerto Madero. Allí se reunió con todo el bloque kirchnerista de la Legislatura porteña.

La saga de encuentros convocados por el jefe de Gabinete coincidió con el fracaso de la negociación con las entidades ruralistas. Antes de interrumpirse (¿definitivamente?) las conversaciones, Fernández volvió a quedar en medio de rumores y desmentidas. Esta vez fueron por la supuesta promesa de rever las retenciones móviles, que el jefe de Gabinete luego desmintió. Los dirigentes de las cámaras patronales insistieron con que esa declaración había existido, que la habían escuchado doce personas. Con esos antecedentes como telón de fondo, los comensales de la cena llegaron con muchas ganas de hacer preguntas. Un repaso de la lista de invitados reflejaba un predominio casi absoluto del llamado albertismo y de la centroizquierda no pejota.

Además de Fernández, Ocaña y la ministra de Defensa Nilda Garré estuvieron el senador Daniel Filmus, las diputadas Diana Conti y Vilma Ibarra; el diputado Ariel Basteiro; el intendente de Córdoba, Daniel Giacomino; el secretario de Integración Latinoamericana, Eduardo Sigal; los legisladores porteños Diego Kravetz y Gabriela Cerruti, el subsecretario de Gestión Pública Juan Manuel Abal Medina, el presidente de la Comisión Nacional de Valores Eduardo Hecker, el flamante titular del Bice Miguel Peirano, el titular de Cascos Blancos de la Cancillería, Gabriel Fuks, entre otros. Desde la cabecera de la mesa, Fernández comenzó la charla reconociendo que con el desembarco de Kirchner en el PJ ese partido había adquirido un espacio casi excluyente dentro del oficialismo. Dijo que Kirchner había decidido asumir en el justicialismo, porque debía “garantizar la gobernabilidad”.

“El desafío que tenemos es construir una centroizquierda con vitalidad, que sea capaz de discutir con el PJ porque el PJ no regala espacios. Si los queremos, los tenemos que disputar, discutir y organizarnos. No podemos ser quejosos y llorones por lo que hacen los otros”, advirtió Fernández. Los consejos sonaron algo extraños en boca del nuevo secretario general del PJ: el propio Fernández reconoció que formaba parte de la conducción del justicialismo, pero dijo que eso no le impedía hacer propuestas. Luego aclaró que Kirchner estaba de acuerdo con reforzar a su ala de centroizquierda y prometió que, tras la asunción del ex presidente en el PJ, se relanzará otra vez la Concertación Plural.


Crítica - Nota - El País - Pag. 6
ENCUENTRO CON EL KIRCHNERISMO NO PERONISTA
Alberto pide que salgan a defender al Gobierno


Una cena de catarsis de los sectores kirchneristas no peronistas se convirtió en el escenario que utilizó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para defender la pulseada con el campo y con los medios. Y que se plantearan las diferencias sobre el papel del PJ en el Gobierno.“Cualquiera de ustedes puede hablar con más fundamento que (Luis) D’Elía o (Hugo) Moyano. Son ministros, diputados y funcionarios. Todos están autorizados a defender al Gobierno”, azuzó el jefe de Gabinete como crítica a la supuesta pasividad de los referentes transversales que rechazaron el protagonismo del piquetero y del líder de la CGT en la pulseada por el campo.
Alberto Fernández había lanzado la discusión cuando planteó que “el PJ fue el que salió en defensa” del Gobierno en el momento más áspero con el campo.
“¿Qué PJ? ¿El de Juan Schiaretti o el de Mario Das Neves?”, devolvió la pelota la ministra de Salud y presidenta del Partido de la Victoria, Graciela Ocaña, según reconstruyeron varios de los participantes consultados por Crítica de la Argentina. Los gobernadores de Córdoba y Chubut habían sido fuertes críticos a la política del Gobierno. Y al propio Fernández.
Esa discusión marcó el punto más tenso de la convocatoria, que había sido prevista para discutir el lugar del espacio de centroizquierda y la “peronización” o no del Gobierno con la asunción de Néstor Kirchner como presidente del PJ. Hasta el salón reservado en un restaurante de Venezuela al 1200 llegaron en turnos desiguales después de las 22 la ministra de Defensa, Nilda Garré; los legisladores Daniel Filmus, Vilma Ibarra, Claudio Morgado y Diana Conti; los socialistas Ariel Basteiro y Oscar González, y los legisladores porteños Gabriela Cerrutti, Fernando Melillo y Diego Kravetz. También se sumaron funcionarios como Juan Manuel Abal Medina (Gestión Pública), Eduardo Hecker (Comisión Nacional de Valores), Eduardo Sigal (Secretario del Integración Económica) y Gabr iel Fuks (Cascos Blancos).
Daniel Giacomino, intendente de Córdoba, el economista Alejandro Otero y el diputado entrerriano Juan Domingo Zacarías se sumaron a la mesa.
“Alberto no respondió cuando le preguntaron si se quedaba en el Gobierno. Se dio por sobren tendido que sigue”, coincidieron los comensales consultados por este diario. El jefe de Gabinete se limitó a recordar cuando propuso un cambio general de gabinete, antes de que Cristina Kirchner accediera a la Presidencia, con la lógica de que se iniciaba una “etapa más difícil, más dura” por las demandas derivadas de la estabilización económica.
También mencionó su relación, “buena, como siempre compleja”, con Kirchner y demandó acompañamiento a uno de los ejes de la gestión kirchnerista: la pulseada con el campo. “Parece que no están asumiendo como propio un tema como la redistribución de la riqueza”, planteó para sensibilizar los resortes del discurso de centroizquierda al que los presentes tributan. A todos les quedó claro que se mantendrán los espacios en el Gobierno, pero que tendrán que empezar a demostrar un poco más de acción.


Ambito Financiero - Nota - Política - Pag. 10
Ante reclamos de transversales de que Kirchner asume como jefe PJ
Alberto Fernández frenó críticas: "Ya todos tienen un cargo"


Por: Patricia García
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se entregó en las últimas horas a un recreo en medio de los avatares del gobierno con el campo y dedicó dos veladas a reforzar su presencia como referente político del kirchnerismo en la Capital Federal.

El miércoles por la noche, el jefe de Gabinete se reunió con una veintena de funcionarios y legisladores, entre porteños y del ala no pejotista del oficialismo. Ayer almorzó en su barrio, Puerto Madero, con toda la bancada del Frente para la Victoria de la Legislatura local, en lo que fue el segundo encuentro del jefe político con el bloque desde que se inició la era Cristina. Pero en esta oportunidad el oficialismo porteño venía organizando encuentros propios, ya hablando de posalbertismo en una etapa donde el ex ministro de Educación, Daniel Filmus, presume de convertirse en el referente de los campamentos del distrito aliados al gobierno.

El jefe de Gabinete les repitió que «cuando ingresé al gobierno de Cristina estaba convencido de que debía promoverse un cambio, renovar todo el equipo, incluido mi cargo, y creo que fue un error político no hacerlo». Pero también dio a entender a la mesa que por el momento no había tempestades, que estaba allí porque «yo soy el gobierno».

Repetición

Fernández, paciente, escuchó en la noche del miércoles discursos breves de varios de los asistentes, insistió con su situación estable en el plantel de Cristina y repelió la catarsis de esos transversales que por distintas vías le hicieron llegar su incertidumbre ante la pejotización del gobierno.

«Ustedes dicen que el gobierno se pejotizó y que se sienten que no les prestamos atención, pero veo que todos los que están acá son ministros, funcionarios importantes o legisladores», reprochó Fernández al grupo que había sido convocado por Graciela Ocaña, titular del sello Partido para la Victoria. También estaban Ariel Basteiro, Claudio Morgado, Juan Manuel Abal Medina, Gabriel Fuks, Diego Kravetz, Ivanna Centanaro, Gabriela Cerruti y, entre otros, Filmus. Precisamente, ese senador, que ocupó el cargo de vicepresidente del PJ Capital, fue quien dijo «yo soy peronista», intentando una aclaración que el grupo no entendió, como no comprende con claridad en qué ribera de los campamentos kirchneristas se encuentra el ex candidato.

Organización

«Lo que pasa -siguió Fernández- es que siempre pasa lo mismo con el centroizquierda, o transversalidad o como quieran llamarle. No logran articular, no saben articular el poder político en contrapeso», mortificó para insistir con la «necesidad» de que esos transversales se organicen de alguna manera y en bloque promuevan, por estos días, algún tipo de manifestación de apoyo al gobierno.

Con la mesa de legisladores del bloque que preside Kravetz, el clima fue más distendido y hasta sorprendió a los comensales que Alberto F. se entregara sin apuro a la sobremesa y hasta interesado por la ley de bicisendas. Estuvieron los legisladores Silvia La Ruffa, Juan Manuel Olmos, Sebastián Gramajo, la radical Ivanna Centanaro, Gabriela Cerruti, Alicia Bello, Pablo Failde, Cristian Asinelli y Juan Cabandié, además de Kravetz.

Les pidió a los diputados que se organizaran para trabajar los temas porteños y como oposición a Mauricio Macri, pero aventuró que «serán difíciles las próximas elecciones». Tanto se extendió la hora del café, que el bloque ingresó tarde a la sesión ordinaria de la Legislatura porteña, pero inmediatamente, tal vez alentados por la vuelta al ruedo del jefe político, se plegó al embate de la otra oposición porteña -la de Carrió e Ibarra- y se retiró del recinto dejando a Macri sin una ley clave.

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Crítica - Nota - Sociedad - Pag. 21
CUANDO EL ANARQUISMO RESISTÍA
Una larga historia iniciada en los tiempos del Peludo


En la Argentina, los primeros en jubilarse fueron los jueces. Les siguieron los ferroviarios y en la época del primer peronismo la jubilación se extendió a los trabajadores de los distintos sectores. Según Javier Benyo, autor de La Alianza Obrera Spartacus, uno de los primeros grupos anarquistas que se formaron en el país en la década del 30, la idea de jubilarse no suscitó entusiasmo en muchos trabajadores argentinos de principios de siglo pasado. Más bien fue al contrario: los primeros intentos de Hipólito Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear para promulgar una ley de jubilaciones fueron duramente resistidos por los sindicatos. El 1º de mayo de 1924, 40.000 trabajadores se movilizaron contra la nueva normativa argumentando que significaba una pérdida para el salario e impedía “la adquisición de la conciencia subversiva”.
La tendencia mayoritaria de aquel entonces, el sindicalismo, a pesar de ser proclive a la intervención del Estado en las relaciones laborales, la rechazó porque financiaba “los robos que los delincuentes de las clases superiores hacen al fisco”. “En cambio –señala Benyo–, para los anarquistas, que todavía tenían una notoria influencia en el movimiento obrero, la oposición al proyecto era una cuestión de principios antiestatistas”. Los socialistas, por su parte, se pronunciaron a favor, siempre y cuando “ese dinero fuera bien administrado”. Una precaución razonable, si se toma en cuenta la historia posterior de los fondos jubilatorios.


Clarín - Nota - El País - Pag. 12
EL JEFE DE LA CGT Y LOS EMBRIONES DE LA BANDA DE LOPEZ REGA EN MAR DEL PLATA
Un asesor de Moyano aparece vinculado al accionar de la Triple A
Según un informe judicial al que accedió Clarín, Raúl Cuence integró una banda de ultraderecha en los 70. Actualmente, es apoderado de la mutual de Camioneros y asesor de la Subsecretaría de Transporte Automotor.


MAR DEL PLATA. CORRESPONSAL
Guillermo Villarreal
mardelplata@clarin.com

Un asesor legal del camionero Hugo Moyano aparece mencionado en un informe de inteligencia de la Policía Bonaerense, fechado en 1985, en el que se habla de los "elementos de derecha" que pertenecieron a la CNU, la Concentración Nacionalista Universitaria, una banda de ultraderecha ligada a la Triple A. La relación entre el sindicalista y la organización criminal es investigada por la Justicia Federal.

Clarín accedió a un documento en el que figura Ernesto Piantoni, jefe de la CNU, asesinado en un atentado en 1975. Piantoni era asesor legal de la CGT Regional durante el mandato de Moyano. Más abajo aparece Rául Cuence, y la aclaración: "es funcionario nacional en la Dirección de Transporte, habiendo adquirido notoriedad por ser el abogado defensor de Pacha Pérez, condenado recientemente por el homicidio de Silvia Cicconi". Cuence integra la Comisión Sindical de Transporte del Mercosur.

Cuence es asesor de la subsecretaría de Transporte Automotor que conduce Jorge Fernández, un hombre de la Federación de Camioneros. También es apoderado de la mutual de Camioneros de Capital y hasta fines de 2007 integró, en representación de Camioneros, el directorio del Ferrocarril Belgrano Cargas.

Moyano prefiere no hablar de aquellos años, en tanto se investiga qué relación existió entre la Juventud Sindical Peronista (JSP), que fundó y lideró (antes de ser jefe de la CGT de Mar del Plata), y la CNU.

En marzo, un testigo aportó pruebas y pidió que Moyano fuera citado a declarar para que "diga lo que sabe". Ahora, un sobreviviente de "la noche de las corbatas" (en julio de 1977 fue secuestrado y asesinado un grupo de abogados), volvió a conectarlo con integrantes de la CNU.

Según el abogado Carlos Bozzi, el sindicalista Raúl Cuence, que estuvo vinculado a la CNU, "es asesor legal del líder sindical". Cuence es nombrado en un informe de inteligencia que se mantuvo en secreto hasta hace muy poco tiempo, cuando la Comisión por la Memoria de La Plata lo entregó al Tribunal Oral Federal marplatense, entre un voluminoso expediente de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA). El informe está fechado en mayo de 1985. Allí pueden leerse los nombres de quienes el 14 de agosto de 1971 firmaron una solicitada para realizar una conferencia de la CNU.

Aunque dijo que no leyó el informe completo, Bozzi afirmó a Clarín que "Cuence es asesor de Moyano".

El ex dirigente socialista Carlos Petroni aportó solicitadas en las que JSP y CNU firman juntas.

En alguna de ellas, la JSP revela que se dedicará a "identificar y capturar montoneros". El hombre habló de una relación "estrecha, personal, política y financiera" entre Moyano y el jefe de la banda de ultraderecha.

Petroni es además querellante en la causa que lleva adelante el juez federal Norberto Oyarbide, por los crímenes de la Triple A.

Aunque también mantuvo un contrapunto con su propio hermano, Fernando Petroni, quien publicó solicitadas en distintos medios para decir que su hermano "es un mitómano".

A manos de Oyarbide fueron a parar varios cuerpos de expedientes que el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata compiló durante el Juicio por la Verdad. En siete años de audiencias se revelaron algunas atrocidades cometidas por civiles desde 1971, el año en que durante una asamblea universitaria fue asesinada la estudiante Silvia Filler.

Un testigo denunció amenazas

Carlos Petroni, el ex dirigente socialista que reveló en la Justicia marplatense la presunta relación que en los años 70 habría existido entre Hugo Moyano y una peligrosa banda de ultraderecha, denunció haber recibido "amenazas vía e-mail y telefónica" y que su hijo fue víctima de una sugestiva persecución.

Según explicó Carlos Petroni, su hijo de 14 años fue seguido el viernes 2 de mayo por un auto gris metalizado con vidrios negros, desde la escuela hasta su casa del barrio Congreso.

Contó que a pesar de estar incluido en el Programa de Protección a Testigos "no conseguí que se cumpla una guardia mínima" que proteja su vivienda. "Me dijeron que no tiene recursos para custodiar a mi hijo", sostuvo. La hija de Petroni ya había denunciado que un camión la siguió varias cuadras y luego chocó y arrastró unos cien metros el auto en que viajaba por Mar del Plata.


Página 12 - Nota - El Mundo - Pag. 20
EN BOLIVIA EL CONGRESO APROBO LA LEY PARA CONVOCAR LA CONSULTA
El mandato de Evo, a referéndum
La oposición votó la medida que el propio Morales había propuesto, apostando al desgaste que habría sufrido la imagen del presidente, para someter a consulta su continuidad a cargo del Ejecutivo. Evo llamó al diálogo.


Por Sebastián Ochoa
Desde Santa Cruz
“El gabinete me ha recomendado urgentemente convocar a los nueve prefectos para que el día lunes de la próxima semana trabajemos en una autonomía para los pueblos, para la mayoría nacional. Repito: autonomía con justicia social, con igualdad, con unidad de todos nuestros pueblos, porque somos una familia grande, una familia boliviana”, dijo ayer el presidente Evo Morales en un barrio de esta ciudad luego de entregar créditos para obras. Como gesto conciliador, la oposición –que controla el Senado– aprobó la ley para convocar a un referéndum nacional que revoque o ratifique el mandato del presidente, el vicepresidente y los nueve prefectos. Enviaron la ley a Evo, que en enero la había enviado como proyecto al Congreso. “La ley de revocatoria de mandato fue hecha en otra coyuntura política. Hoy se requiere un diálogo nacional para superar este conflicto”, consideró el sorprendido vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera. Nadie sabe qué hará el presidente. Tiene la posibilidad de vetar esta ley. O puede arriesgarse y –si le sale bien– liberarse de algunos prefectos de la Media Luna.

“¿Usted está de acuerdo con la continuidad del proceso de cambio liderado por el presidente Evo Morales Ayma y el vicepresidente Alvaro García Linera?”, será la pregunta de la consulta, según lo aprobado por el Senado en 20 minutos. En cada departamento los prefectos también se someterán al “soberano”, si se hace real esta ley.

Evo dejará la presidencia si se lo pide el 53,7 por ciento de la población –la cifra que en 2005 le dijo que sí–. Cada prefecto también se someterá a su número. En La Paz, José Luis Paredes, de Poder Democrático Social (Podemos), asumió con el 37,98 por ciento de apoyo. Es decir, si ese número del electorado le dice que se vaya deberá irse. En Cochabamba, Manfred Reyes Villa (ex militar educado en la Escuela de las Américas, partidario de Alianza de Unidad Nacional) asumió con el 47,64 por ciento. En Oruro, Luis Alberto Aguilar, del Movimiento Al Socialismo (MAS), llegó a la prefectura con el 40,95 por ciento de los votos. En Potosí, el también masista Mario Virreira Iporre sumó el 40,69 por ciento del electorado. En Tarija, Mario Cossío (Camino al Cambio) obtuvo el 45,64 por ciento. En Santa Cruz, Rubén Costas (Autonomía para Bolivia), recibió el 47,87 por ciento de los votos. En Beni, el podemista Ernesto Suárez alcanzó el 44,63 por ciento. Y en Pando, Leopoldo Fernández (Podemos) tuvo el 48,03 por ciento de apoyo. Si en la hipotética y legalizada consulta alguno obtuviera la misma cifra en desaprobación de su gestión, perdió su silla.

El senador Antonio Peredo (MAS) opinó que la oposición intenta “desbalancear” a Morales. “Frente a la ilegalidad con la que se llevan adelante los referéndum en los departamentos, quieren entregarle al presidente una papa caliente. Buscan una confrontación abierta entre el gobierno y los prefectos”, dijo.

El senador de Podemos Roger Pinto aclaró que la propuesta “nació del propio presidente”. Y agregó que Morales “tiene la potestad por ley de vetar o no la misma. Pero lo ideal sería que promulgue la convocatoria a referéndum de revocatoria de mandato. Esta es una salida válida para superar esta crisis política”. Para que salga Evo de la presidencia hacen falta 1.544.374 votos, el 53,7 por ciento que en 2005 lo apoyó. “Es una jugada maestra”, se autofelicitó el senador de la amazónica Pando. Hace días, el gobierno nacional había advertido que impulsaría el referéndum ratificatorio para la nueva Constitución, que la oposición califica de “masista”, “indigenista”, “manchada de sangre” e “imposible de llevar a la práctica”. Ahora tendrá otra urgencia.

El también podemista Luis Vásquez indicó que “el presidente tiene la opción de convocar a un diálogo y concertar y hacer una gestión para todos los bolivianos. Si no quiere hacer nada, vamos a las urnas y que el pueblo decida si él se queda o se va”. Juzgó que si Evo veta esta ley, incurrirá en un “sinsentido político” que demostrará su “debilidad política”. Según la norma, el presidente del Senado, Oscar Ortiz (Podemos), tiene competencia para poner en rigor la ley si Morales no la veta ni la promulga.

A todo esto, el único prefecto de la Media Luna que respondió a la invitación de Evo fue el beniano Ernesto Suárez: “Si la intención del diálogo es frenar el 1º de junio no vamos a ir a dialogar, tampoco lo va a hacer Pando, tampoco lo va a hacer Tarija y Santa Cruz tampoco se va a sentar. El diálogo tiene que ser después del último referéndum, el 22 de junio. Ahí se podría hablar de un gran pacto social y a nivel nacional”, dijo. Y graficó: “Cuando le tiran un hondazo a un pajarito y lo alcanzan y lo dejan boleado, así está el gobierno: boleado. Por eso es importante que se bañen, se tomen su calmante, se relajen y piensen, repiensen nuevamente su posición para tratar de encontrar soluciones, pero con la cabeza fría. En este momento están atolondrados por lo que les ha hecho Santa Cruz y no los deja pensar”.

Difícil que el lunes el gobierno nacional pueda “trabajar” junto con los prefectos. En su convocatoria al diálogo, dijo Evo: “Lastimosamente, quienes perdieron las ventajas que tenían a nivel nacional cuando estaban en el gobierno, ahora quieren autonomía. Respetamos, pero vamos a garantizar autonomía no sólo para los oligarcas, sino para el pueblo boliviano, para el pueblo cruceño”.