jueves, 19 de diciembre de 2013

Terra: SOCIALISTAS ALINEADOS EN EL KIRCHNERISMO SE INTEGRAN EN UNA MISMA ORGANIZACION

En un encuentro encabezado por el diputado nacional Jorge Rivas y la comunera porteña Julieta Costa Díaz, el Socialismo para la Victoria y la agrupación Iniciativa Socialista anunciaron hoy su integración en la misma organización política.
El diputado Rivas coincidió con Costa Díaz en que "ésta unidad contribuirá a ampliar el respaldo a las políticas de igualdad y redistribución del ingreso que se vienen aplicando desde el 2003 desde el gobierno nacional".
Durante el encuentro, al que también asistió el secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno, Oscar González, Costa Díaz resaltó "la necesidad de agrupar a todos los sectores socialistas que se identifiquen con la cultura política de izquierda popular para redoblar el apoyo al proyecto nacional, popular y democrático que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner".
Los dirigentes socialistas afirmaron la intención de lanzar una campaña para obtener la personería electoral del Socialismo para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires, "como un aporte al fortalecimiento de Unidos y Organizados y el Frente para la Victoria y con el objetivo de desplazar en 2015 a las dos derechas que cohabitan en la Ciudad, el PRO y UNEN".
Fuente: Télam

Página 12: Iniciativa socialista

El diputado Jorge Rivas, el secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González, y la comunera Julieta Costa Díaz anunciaron que se integrarán al Socialismo para la Victoria y la agrupación Iniciativa Socialista. Los participantes llamaron a “agrupar a todos los sectores socialistas que se identifiquen con la cultura política de izquierda popular”.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El 10 de diciembre de 1983 se "inauguró" la democracia

El diputado socialista en el Frente para la Victoria advierte sobre las características del proceso democrático abierto en 1983 y las carencias heredadas.
El 10 de diciembre de 1983 se inauguró la democracia
Escribe Jorge Rivas (*)

Hace treinta años, nuestro país conquistó la democracia. Solemos hablar de "recuperación", y es ese un término que el uso ya ha impuesto. Sin embargo, me atrevo a sugerir que sería más justo hablar de "inauguración". Nuestra historia anterior está llena, no solo de golpes de Estado sino también de largos años de proscripción de los partidos populares, de persecución a sus militantes, de fraudes electorales. No hubo nunca, por cierto, treinta años continuados de gobiernos constitucionales elegidos limpiamente, de vigencia de los derechos políticos, de libertades públicas. 

Es verdad, sin embargo, que la democratización de 1983 puso fin al período más aciago de nuestra historia: los años del Terrorismo de Estado, en los que los argentinos fuimos privados de todo derecho, empezando por el derecho a la vida. Secuestros, tortura, asesinatos, robo de niños, ejecutados todos por el propio Estado, hundieron a nuestra sociedad en el pozo más profundo. De allí la intensa revaloración de los derechos que habían tenido una vigencia aunque fuera parcial en la Argentina anterior a 1976. Por eso vivimos como recuperación lo que en realidad era el inicio de la democracia. Desde la perspectiva de hoy, podemos ver con claridad las diferencias.

Esa democracia instalada en 1983 estaba atravesada, sin embargo, por carencias profundas. El mismo gobierno que dio el extraordinario paso de enjuiciar a los máximos jefes de la última dictadura, retrocedió después para sancionar las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida. Sus integrantes procedieron así, según alegan, con la intención de proteger un bien mayor, precisamente esa democracia, a la que juzgaban en peligro.

Como sea, durante más de un cuarto de siglo nuestro país fue un territorio alambrado para la justicia, una especie de madriguera en la que se guarecían terroristas de Estado perseguidos penalmente en otros lugares del mundo, por crímenes cometidos aquí, contra nuestro pueblo. No tenían que fugarse a ninguna parte para estar a salvo de la justicia, porque gozaban de impunidad en la escena del crimen. Era esa una pesada mochila para la democracia.

La corporación militar había presionado y amenazado con las armas en la mano hasta conseguir la impunidad para el grueso de los culpables. Pero así como los argentinos decimos cada vez con mayor claridad que la dictadura no fue solo obra de los militares, sino también de algunos de los sectores más poderosos de la sociedad civil, tenemos que decir otra cosa con claridad: la impunidad legal también fue patrocinada por los grandes grupos económicos y por lo más reaccionario de la clase dominante. Se trataba de mantener a salvo a la mano de obra sucia, de tenerla disponible para actuar de nuevo si las circunstancias lo exigían. Para todos ellos, la democracia era un mal que no habían podido evitar

Hubo en nuestro país, entonces, una larga lucha popular por la memoria y la justicia. Por una auténtica democracia, en definitiva. En ella cumplieron un rol preponderante los familiares de las víctimas, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, y otros organismos de defensa de los derechos humanos. Pero también tomaron parte activa de ella, infatigablemente, miles y miles de luchadores políticos y sociales, trabajadores, intelectuales, artistas populares. Así lo atestiguan las movilizaciones multitudinarias, innumerables publicaciones, canciones, películas.

Lo más genuinamente democrático de nuestra sociedad puso durante quince años el cuerpo y la mente en una causa inspirada por la más pura vocación de justicia. Esa vocación se estrelló, lo sabemos, contra el poder político, que durante el gobierno de Carlos Menem llegó a indultar a los pocos que habían sido condenados o procesados en los primeros años de la democracia. Pero esa militancia pudo desarrollarse gracias, precisamente, a que estaban garantizadas las libertades democráticas.

La última dictadura, sin embargo, había dejado otras secuelas, que se profundizaron, durante el lapso en que se aplicaron en el país las políticas económicas del Consenso de Washington: pobreza, indigencia, desempleo, profundas carencias en materia de educación pública, de salud, retroceso en los derechos laborales, un estado desmantelado y ausente. Así fue como llegamos a ese fondo del pozo económico y social que representó diciembre de 2001.

Con esa catástrofe pesando todavía sobre nuestra sociedad, se inició el gobierno de Néstor Kirchner, que ya en su discurso de asunción anunció el cambio que en efecto iba a sobrevenir. Hay que decir que la nueva época política que se puso en marcha en ese 2003 proporcionó finalmente el clima político propicio para que se anularan las leyes que protegían a los terroristas de Estado y se abriera paso a la justicia.

Como sabemos, el fin de esa mochila que pesaba sobre nuestra democracia estuvo lejos de ser el único cambio traído por ese proceso, que todavía está en marcha. Por el contrario, se han generado notables avances en diversos campos, y es difícil agotar la nómina de los derechos que se han ampliado. La economía del país ha crecido, a despecho de los embates de la crisis global del capitalismo, y lo ha hecho con inclusión social: todos los índices que convierten en estadísticas el padecimiento de las clases populares, se han reducido drásticamente en los últimos diez años.

Personalmente, creo que el ideal de profundización y consolidación de la democracia es inseparable de la aspiración a la igualdad social. En eso está la democracia argentina, en este trigésimo aniversario. Sería una necedad no decir que lo que falta es mucho más que lo que se ha hecho, y que los escollos son enormes. Pero estamos en el camino. Si insistimos en él, podremos mirar el futuro con optimismo.

(*) Jorge Rivas es diputado nacional socialista en el Frente para la Victoria

PAGINA 12: Otras Voces

  • Jorge Rivas (diputado, Frente para la Victoria): “Hace 30 años que nuestro país conquistó la democracia y podemos felicitarnos de que este aniversario nos encuentre llevando adelante un proyecto de reformas progresivas, de inclusión social y de ampliación de derechos, después de haber atravesado la sombría época del neoliberalismo que nos llevó a una crisis tan profunda como la de 2001. Es mucho lo que hemos alcanzado, en particular en los últimos diez años, pero no podemos perder de vista que sólo habremos construido una democracia genuina cuando eliminemos la desigualdad”.

Parlamentario.com: Rivas es el primer legislador que hará uso de la firma digital

El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y la titular de la comisión de Modernización, Paula Bertol, encabezaron hoy el acto de presentación del Sistema Parlamentario Digital.

El evento se dio en el marco del programa de modernización que se viene llevando a cabo en la Cámara baja y tuvo lugar en el Salón de Pasos Perdidos. Durante el encuentro, el diputado Jorge Rivas recibió un diploma de manos de la diputada Bertol por ser el primer legislador que hará uso de la firma digital.

“La digitalización tiene una gran potencialidad ya que contribuye a la despapelización del sistema y evita su correspondiente impacto económico y ambiental”, celebró la diputada del Pro.

Bertol explicó que la medida “forma parte de un programa que busca dotar de herramientas a nuestros organismos públicos para agilizar los procedimientos y llevar más transparencia a los actos de gestión”, y reiteró su apoyo “al esfuerzo con el que la presidencia de la Cámara viene realizando la ejecución del Plan Estratégico Institucional que incluye obras de remodelación y modernización tanto en el Palacio como en los edificios Anexos de la Cámara de Diputados”.

La presidenta de Modernización aprovechó la oportunidad para presentar su rendición de cuentas de los seis años que estuvo al frente de la comisión y deseó que las próximas autoridades cumplan con la apertura de la Oficina de Atención Ciudadana, “como fase final del acceso a la información pública que este Congreso tiene obligación de brindar a la gente”.

Participaron del evento el secretario Parlamentario de la Cámara de Diputados, Gervasio Bozzano, el secretario General de la Presidencia Miguel Ángel Recalde y el Secretario Administrativo Ricardo Angelucci.

PÁGINA 12 y RADIO LA RED: 30 D, por Eduardo Aliverti

Estamos cumpliendo 30 años trascendentales y es una buena oportunidad para hacer algunas reflexiones conducentes, tal vez, a comprender las coyunturas desde un lugar distinto. Más universal. Menos apretado.
Hay una fórmula descriptiva, usada chiquicientas veces, cuyo impacto suele ser seguro. Consiste, tratándose de períodos extensos, en comparar a lo mucho o puntual que en el presente se toma con toda la naturalidad del mundo. El resto es confiar en el cimbronazo que eso provoca, sobre todo respecto de quienes viven en un vértigo permanente, imparable, ya sea en la visión de la política como de los aspectos sociales y personales, sin reparar jamás en que inevitablemente se viene desde algún lugar siempre complejizable. Situadas en diciembre de 1983, y por más deterioradas que estuviesen, había tribus militares con poder de coacción sobre una civilidad que no terminaba de confiar por completo en lo firme de las urnas reaparecidas (o peor: esa misma sociedad civil era la que había respaldado el golpe del ’76, y la misma que continuó sustentándolo hasta que en marzo del ’80 cayó el primer gran banco privado, el BIR, y empezaron a esfumarse las fantasías del país con clase media satisfecha). Internet y celulares eran idioma desconocido, cuando ahora regulan nuestra cotidianidad. Circulaban casi clandestinos, o de contraseña, los cassettes de Silvio y Pablo. No había ley de divorcio, existía la Unión Soviética, la Iglesia Católica seguía mostrándose oronda en su dictamen público de lo que sí y lo que no. Cantábamos que sólo le pedíamos a Dios, volvía del exilio la Negra Sosa y retornaba el código Serrat, pero el liberalismo sexual seguía viviéndose con culpa. Los gays andaban escondidos, los peronistas decían que Alfonsín era el líder de la Coca-Cola, los radicales advertían que significaban la paz contra la rabia de Perón, el PC y su complejo de culpa venían de apoyar a Luder y Herminio, y los liberales se aprestaban a que Alsogaray fuese un icono de que la democracia pro-mercado era movida única, como si no se hubiera provenido de idéntica movida pero bajo horror milico. Decir “ecología” era como recitar en ruso al revés; nos creíamos o decíamos que la patota del doctor Oscar Alende era revolucionaria; el porro no era el romanticismo lisérgico de sesenta y setenta sino una transgresión que mejor esconder. No había troscos ni militantes del verdor capaces de creer que está a la vuelta de la esquina la revolución proletaria, o la de las ONG, que por algo cuentan con tanto financiamiento a la hora de confiar más en el individualismo de las redes sociales, y en la lucha contra la caza de ballenas, y contra el fracking, y contra la explotación petrolífera en el Artico, que en un Estado progre construido desde la política. Como sea, para estar de acuerdo o no, consideraciones como éstas deberían llamar la atención sobre lo cerca que queda lo antagónico de lo que pasaba hace, apenas, 30 años. O sea: sobre la necesidad de que seamos mucho menos expeditivos en nuestros análisis de entrecasa.
Para quien firma esta nota, y como ya lo expresó en otros muchos artículos que trataban de balances o repasos, los “arqueos” políticos deben incluir el análisis –o la cita, aunque más no fuere– de los comportamientos populares y sectoriales. E incluso, el de la actuación individual. En general, los periodistas de opinión no tendemos hacia allí. Los recuentos suelen posarse con exclusividad sobre el objeto de estudio “clase política” y, más aún, específicamente en torno de la actuación de los gobiernos de turno: nunca alrededor del papel de las dirigencias opositoras. Ni qué hablar del ejercicio de la autocrítica profesional. Para el caso de estos 30 años, el más largo período de vigencia democrática conocido por la corta historia argentina, un esquema cerrado de esa naturaleza significa que Alfonsín cayó solamente por la impericia propia de un partido como el suyo, que jamás demostró una valentía contundente en el dictado del poder. Que al menemato lo parió el sexo de los ángeles y que su ratificación en las urnas, en 1995, fue producto de un país que mal que mal se había modernizado y estabilizado. Que la Alianza entre los radicales y las viudas peronistas, cuatro años después, ganó porque la corruptela del sultanato ya no se aguantaba. Que el estallido de 2001/2002 subrayó la ineficacia de cualquier experiencia que no sea pejotista. Que el surgimiento de la “anomalía” kirchnerista fue casi nada más que la obra de una casualidad, o de un descarte, tras los fracasos de Duhalde con sus dos grandes esperanzas blancas: Reutemann y De la Sota. Y que la base de apoyo popular a los K, capaz de sostenerse con por lo menos un tercio del electorado tras diez años de gestión y más de la mitad después de ocho, es análoga a la fiebre consumista clasemediera que sostuvo al riojano y que liquidará al kirchnerismo en 2015. Todo eso, sin necesidad de abundar, es “solamente”. Es decir, no existe que a Alfonsín terminó de tumbarlo un golpe de mercado fenomenal; ni que Menem berreó en un parto populista por izquierda para terminar ratificado por derecha con el voto-licuadora; ni que la esperanza del mayor grueso social resultó pobrísima al suponer que bastaba con derruir la corrupción; ni que el comienzo de siglo fue un fin de fiesta mediático de los gerentes ideológicos que hablaban de modernización y estabilidad, y que lograron una transferencia de ingresos bíblica favor de los privilegiados; ni que los Kirchner fueron el vector de una lectura acertada respecto de que no había salida por medio de otro ajuste, así lo perpetraran Reutemann, De la Sota o Mandinga.
En esos análisis incompletos, ordinarios, que no tienen en cuenta el rol que juega la conciencia de las masas y la diferencia entre sus necesidades y sus intereses, ni la posibilidad de que una franja social significativa recupere con gusto el valor de la política como único instrumento de cambio, se pierde la chance de profundizar. De asumir contradicciones. De asimilar que la política, surcada invariablemente por medidas que van para acá o para allá, es y debe ser conflicto inevitable. La democracia debe serlo. Hace pocos días, con el cientista político Edgardo Mocca, recordábamos el principio de Maquiavelo que tan bien harían en tener presente, y aceptar, los consensualistas extremos: la grandeza de Roma se debe al conflicto entre el Senado y la plebe. Uno no les pediría a los cultores de la frivolidad que se inoculen con ese concepto elemental. No tienen cómo, o sencillamente no quieren. Esa gente que juzga las cosas a través de shows televisivos disfrazados de periodismo, que se caga de risa con chistes fáciles presumidos de osadía, y que hasta se cree que mediante ese solo recurso ya porta información suficiente. Pero las variantes grasamente coloreadas del otrora profesor Mariano Grondona, así como los “republicanistas” circunspectos, deberían admitir que ese principio maquiavelesco es terminante: sin conflicto no hay política, y si no hay política que no choque con éstos o aquéllos no hay nada que no sea masturbación. Como señaló recientemente Horacio González, hace falta algo de retorno al patio griego. Lo dijo con referencia al nivel de debate paupérrimo que sufre la vida universitaria, pero al firmante le parece que es un concepto extensible más allá de esos muros. Si el ágora ateniense es hoy una puteada atrás de otra, como toda acción de pensamiento crítico, estamos puestos.
Los 30 años de democracia ininterrumpida que se cumplen mañana son los de las virtudes y deméritos de las gestiones oficiales. Pero lo son igualmente de lo que los “balances” invisibilizan por eso del extremismo consensual, cómodo, no interpelante. Estamos a 30 años de venir sufriendo políticos de mierda, como lo estamos en un durante que tiene a Germán Abdala, a Jorge Rivas y a tantos otros. Tres décadas del Alfonsín aldeano de Chascomús y del gordito de bigotes que como pudo se la bancó contra las mafias sindicales del PJ, contra un partido militar decadente pero presionante, contra la propia inexperiencia de gobernar, contra los eternos patrones del campo y contra la curia. Estamos a 30 años que incluyen un vendepatria como Menem, y un matrimonio presidencial tan millonario y contradictorio como restituyente de que la política no está vencida frente a los barones de la exclusión social. A 30 años de un pueblo que se demostraría más avanzado que ningún otro en el juzgamiento de sus asesinos, en sus Madres, en sus Abuelas, en su movilidad intelectual y movilizadora. Y simultáneamente, una sociedad que sucumbiría en el egoísmo estúpido de su clase media, cuando reprodujo, dos veces, en Domingo Cavallo, en democracia, la ensoñación del dólar 1 a 1 que Martínez de Hoz dejó imponer a sangre y fuego. Esa sociedad que se reproduce en tanto desconcientizado que insiste en reclamar mano dura, en tantos triviales que vuelven a creer que todo se arregla si no hay corrupción oficial, en tantos racistas contra la Asignación Universal por Hijo. Y somos periodistas que debimos rendirnos, en los ’90, a ser empresarios de nosotros mismos, porque se trataba de subsistir en el cable o en la radio con auspicios de empresas privadas que nos condicionaban el discurso. Periodistas que pujamos por una ley de medios de la democracia, hasta que salió esa ley pero contrariando a nuestras patronales. Periodistas que estábamos bárbaro cuando Menem se caía, y bastaba con hacerse el compadrito denunciando corruptelas mientras no fueran sistémicas. Periodistas de izquierda que no contábamos con que un gobierno peruca nos viniera a correr por ahí, por izquierda, y con éxito, con argumentos. Somos todo eso, los argentinos, y tantísimo más, en la suma neta de estos 30 años.
Lo que no deberíamos ser es la suma bruta. Y como quiera que fuere, felicidades.

viernes, 1 de noviembre de 2013

INFONEWS: Referentes políticos y sociales celebran el fallo de la Corte

El gobernador Daniel Scioli consideró que el fallo de la Corte "es la certidumbre definitiva sobre un tema que estaba pendiente". Julián Domínguez, Hebe de Bonafini, Agustín Rossi y Jorge Rivas, algunos de los que expresaron su satisfacción.

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Tras conocerse la noticia de la declaración de constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, varios referentes políticos y sociales celebraron y expresaron su satisfacción por el fallo de la Corte Suprema.
En ese sentido, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, aseguró que el fallo "es un nuevo paso hacía la libertad, esa libertad tan ansiada que todos los argentinos necesitamos", por eso "las Madres estamos muy felices de haber conseguido algo por lo cual luchamos tanto y por eso decimos: Gracias Néstor, gracias Cristina, gracias Mariotto y gracias Sabbatella". 
En tanto el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, afirmó hoy el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la constitucionalidad de la ley de Comunicación Audiovisual "es la certidumbre definitiva sobre un tema que estaba pendiente".
Por su parte, el diputado socialista Jorge Rivascalificó al hecho como "una gran victoria de la democracia, de la libertad de expresión, del pluralismo sobre los mezquinos intereses corporativos que trataron de cerrar el camino a una norma ejemplarmente debatida y sancionada por las instituciones que expresan la voluntad popular”.

“Nunca tuvimos dudas acerca de la constitucionalidad de la ley de Medios, como tampoco las tuvieron los que intentaron frenarla con zancadillas, argucias insostenibles y con complicidad de ciertos sectores del Poder Judicial”, remarcó.
"Es un triunfo de todo el pueblo argentino porque la Ley de Medios es una construcción colectiva", sostuvo a su vez  el Ministro de Defensa, Agustín Rossi.
En ese sentido explicó: “Es la resultante de casi 30 años de lucha militante de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, de muchísimos intelectuales y periodistas, de docentes universitarios, de dirigentes políticos y gremiales”.
Desde el Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular y la Tupac Amaru, Milagro Salaexpresó la alegría por dicha resolución. Finalmente "la democracia le ganó a las operaciones de los grandes grupos económicos" y en cuanto al tratamiento que tuvo la norma, consideró: "Entendemos que la formulación de esta normativa es un ejemplo en lo que a participación ciudadana se refiere", dijo.
Desde la Tupac Amaru indicaron: "Compartimos esta ley por todos los avances que implica en cuanto a garantizar la preservación y promoción de la identidad y los valores culturales de los pueblos originarios; por garantizar la pluralidad y diversidad de voces gracias al acceso a las licencias por parte de las organizaciones sin fines de lucro, antes excluidas de dicha posibilidad". 
Del mismo modo lo hizo el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, quien afirmó que el fallo "configura un triunfo en la larga lucha por la democratización de la comunicación audiovisual, que es decir la democratización de la palabra y de la imagen”.
“La ley 26.522, que recorrió todos los espacios de la sociedad civil para obtener su legitimación social, previo a que el proyecto fuera enviado por Presidencia de la Nación al Poder Legislativo, y que fuera aprobado con amplias mayorías en ambas Cámaras del Congreso de la Nación, ha concluido con su legitimación jurídica”, afirmó.
La decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata,Florencia Saintout, dijo que el fallo de la Corte "es para festejar". "Hay que estar muy contentos, hay que festejar que finalmente esta ley es posible. Los que luchamos para esta ley lo celebramos", dijo Saintout en diálogo con la TV Pública.
"También yo creo que hay que pensar que pasaron casi cuatro años en los que la ley ha estado parada. Hay que pensar también en una justicia que esté atenta a los derechos de los ciudadanos y menos atenta a defender los privilegios de ciertos sectores minoritarios", expresó la docente e investigadora.
Por su parte el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat expresó su satisfacción por este pronunciamiento. “Es una forma de validar la tarea del gobierno, del Congreso de cambiar la ley de medios de la dictadura militar. Es una demostración de que se aplica el artículo 42 incorporado en la reforma constitucional que establece el control de los monopolios y el deber de que exista información plural y acceso a la palabra”.
El abogado consideró además que “estos valores seguramente inspiraron el fallo de la corte. No estaba en juego la libertad de expresión si no los intereses de un grupo monopólico”.

INFOBAE: El proyecto nacional, popular y democrático dio un gran paso adelante

En las sociedades contemporáneas, los grandes grupos concentrados no sólo tienen el monopolio del poder y del dinero. También tienen, inseparable, el monopolio de la información. Que es como decir el de la palabra, de la palabra que puede llegar a las multitudes e influir en sus aspiraciones, en sus temores, en sus decisiones. Sucede, por supuesto, también en la Argentina. Concretamente, con las empresas dominantes en el ámbito de los medios de comunicación de masas.
Por eso acompañamos desde el principio el proceso que desembocó en la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como Ley de Medios. “El apoderamiento de la información por parte de unos pocos grupos monopólicos -decíamos entonces- ha sido y es un límite de hierro para la profundización de la democracia en la Argentina”.
Estábamos seguros de que la liquidación del régimen de radiodifusión impuesto por la última dictadura, y su remplazo por una norma que cerrara el camino al acaparamiento de medios por parte de un puñado de poderosos, que abriera espacios de expresión a sectores amplios de la comunidad, que protegiera el derecho de los ciudadanos a una información plural, no debía demorarse más.
En aquel momento, algunos sectores de la oposición política y de la mediática  fundaban su rechazo al proyecto oficial en una presunta defensa de la libertad de expresión, lo que constituía un evidente contrasentido. Recuerdo que una dirigente conocida por sus desatinadas profecías llegó a decir que no vacilaría en apoyar a los “llamados grupos económicos” en aras de esa libertad. Lo señalamos como una confesión disfrazada y vergonzante, y lo seguimos haciendo.
La sanción de la norma fue precedida por un largo proceso de debate público que demostró sobradamente que la ley no sería una ley K, como pretendía y sigue pretendiendo una propaganda tan insidiosa como infundada, sino una norma forjada colectivamente, con la participación y la adhesión de amplios sectores de la ciudadanía y de prácticamente todos los actores de la comunicación social que actúan con independencia de los grandes monopolios.
El Grupo Clarín, paradigma en el país de la concentración de medios, y virtual cabeza de la oposición, inició de inmediato una batalla judicial, que se sumó a la propagandística y política, para impedir la aplicación de la norma. La alegación de inconstitucionalidad fue finalmente barrida por el fallo de la Corte Suprema.
Desde ya que la mera vigencia de una norma no transforma necesariamente la realidad. Los poderes afectados van a oponer mil y un artilugios de todo orden para atenuar o anular los efectos de la ley. Va a hacer falta que una movilización ciudadana aún mayor que la que protagonizó el proceso de elaboración y sanción de la ley acompañe ahora, y empuje, su auténtica puesta en práctica.
Y va a hacer falta también que respaldemos al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner frente a los embates con que los grupos mediáticos y empresariales seguramente van a tratar de seguir embarrando la cancha. Es mucho lo que está en juego. Según la Corte, seguir permitiendo la concentración de medios audiovisuales y renunciar a su regulación, “sería simple y sencillamente un suicidio cultural”.
La aplicación de la ley, sin más dilaciones y en toda su profundidad, para que la sociedad que la respaldó desde el principio se beneficie con todos sus efectos, sería lo contrario de ese suicidio. Contribuiría, en cambio, a la ampliación de derechos y a la igualdad, objetivos centrales del proyecto nacional, popular y democrático, que acaba de dar un gran paso adelante.

viernes, 16 de agosto de 2013

REVISTA CARAS Y CARETAS: Constitución viva, o letra muerta

Las constituciones no son declaraciones abstractas, sino mandatos imperativos. Ferdinand Lassalle escribió a mediados del siglo XIX, un momento en el que la organización de los estados estaba en el centro de la reflexión política, que ellas deben reflejar la realidad de las relaciones de poder existente en un país, y que si no ocurre así son letra muerta.
En tal sentido, no me parece razonable que la parte dogmática de nuestra Constitución, a excepción del agregado del artículo 14 bis, se mantenga inalterable desde 1853. No solo porque la Argentina del siglo XXI nada tiene que ver con la de hace más de ciento cincuenta años, sino porque desde su sanción por los grupos dominantes de la época ha sido un límite de hierro cada vez que se pretendió avanzar sobre los privilegios y las desigualdades.
Durante un proceso de cambios políticos y sociales avalado por las mayorías, una constitución que no se adapta a esos cambios queda por detrás de la historia que ella misma debe ordenar desde el punto de vista jurídico. No consagrar los nuevos derechos, o mantener para el estado una estructura que fue válida cuando se la redactó y se la sancionó, pero no ahora, la convierte en un instrumento anacrónico.
Por eso soy partidario de que las múltiples reformas legislativas que se produjeron en nuestro país desde el 2003 en adelante se reflejen en nuestro ordenamiento institucional básico, que es la Constitución. Se han ampliado derechos, algunos de ellos después de un rico debate del que han participado amplios sectores de la ciudadanía y todas las expresiones de los factores de poder. Y la voluntad general, valga el uso de una expresión arraigada en 1853, ha sido inapelablemente favorable a esas ampliaciones.
En la última década, además, se han adoptado políticas públicas que expresan una concepción del Estado según la cual éste debe intervenir activamente en la economía y erigirse en garante real de los derechos de los más desprotegidos. Ellas también han contado con el masivo respaldo de las mayorías.
Hay, por otra parte, aspectos en los que es fácilmente perceptible la diferencia entre aquella sociedad argentina y la de hoy, aunque ninguna legislación se haya ocupado específicamente de ellos. Está claro, por ejemplo, que la población argentina ha dejado de ser desde hace tiempo exclusivamente católica. La aprobación social a la sanción de la ley de matrimonio igualitario no es más que una muestra de ello, aunque contundente. No es posible menos que preguntarse, entonces, qué razón hay para mantener la vigencia del artículo 2 de la Constitución, e impedir que el nuestro sea un estado genuinamente laico.
Aferrarse a la intangibilidad de la Constitución, en lugar de hacerla permeable a los cambios que produce la historia, lejos de defender su validez, la menoscaba, porque amenaza con transformarla en inoperante. En letra muerta, como escribió Lassalle.



sábado, 27 de julio de 2013

TÉLAM: Socialistas K ratificaron su apoyo al “proyecto de ampliación de derechos” que encabeza la Presidenta

Jorge Rivas y Oscar González, ratificaron su “integración al proyecto de reformas democráticas y de ampliación de derechos iniciado hace diez años y que hoy lidera Cristina Fernández de Kirchner”.

En un plenario del socialismo K de la provincia de Buenos Aires, presidido por el candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria Guillermo Torremare, Oscar González destacó la posibilidad de "ser protagonista de una etapa extraordinaria en la política argentina" y analizó que "nunca antes se avanzó durante tanto tiempo en medidas que benefician a los trabajadores".

Por su parte, el diputado Jorge Rivas se consideró "optimista sobre el futuro del proyecto nacional y popular en el que militamos".

Ambos dirigentes manifestaron su certeza de que el kirchnerismo g
anará las próximas elecciones y llamaron a "fortalecer el modelo", según informaron fuentes partidarias por medio de un comunicado.

martes, 2 de julio de 2013

Página 12: Una vivienda digna

Alrededor de 16 millones de personas, lo que equivale a unos 4 millones de familias, carecen de una vivienda digna en la Argentina, y son demasiado numerosas las que viven en terrenos sobre los que no tienen títulos legalmente válidos. El artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional, sin embargo, establece que el Estado debe garantizar a todos los ciudadanos, entre otros derechos, el de acceder a una vivienda digna.
No tenemos dudas acerca de que el actual gobierno nacional ha destinado y destina no sólo recursos materiales sino una alta dosis de voluntad política a la solución de esta y de muchas otras carencias de las clases más desprotegidas. Es por eso que quienes integramos “Habitar Argentina. Iniciativa multisectorial por el derecho a la tierra, la vivienda y el hábitat”, un espacio plural en el que hemos confluido legisladores, académicos y organizaciones sociales, hemos querido aportar una herramienta más para avanzar en este problema específico.
No otra cosa es el proyecto de ley que hemos presentado en la Cámara de Diputados, con el objeto de que se declare la emergencia habitacional de villas y asentamientos poblacionales y se ponga en marcha, en el ámbito del gobierno nacional, un programa destinado a promover la regularización dominial de asentamientos en todo el territorio del país.
El proyecto caracteriza a las villas como urbanizaciones informales, producto de ocupaciones de tierra urbana donde se han asentado familias provisoriamente, con un tramado irregular, con alta densidad de población y escaso o nulo espacio verde. Las viviendas han sido construidas con materiales precarios o de desecho y la precaria infraestructura ha sido producida por los propios habitantes.
Los asentamientos, por su parte, se definen como barrios informales cuyos trazados urbanos tienden a ser regulares y planificados. En general, han sido organizados colectivamente sobre tierra degradada o fuera de los parámetros urbanísticos normales. Las viviendas y la construcción tienden a ser definitivas, se han reservado espacios públicos para plazas y otros equipamientos y se han ido incorporando paulatinamente redes de servicios públicos, con intervención de empresas privadas o del Estado. Sus ocupantes aspiran a la tierra y convertirse en propietarios.En las villas y asentamientos, el crecimiento vegetativo de la población, las migraciones internas, el desempleo crónico y la precariedad laboral completan un escenario que plantea dificultades de difícil solución. Es a sus habitantes a quienes se postula como destinatarios de los beneficios de la ley que proponemos.
Como requisito previo a la regularización, los que aspiren a ella deberán acreditar la posesión pública, pacífica y continua, durante al menos tres años de los inmuebles o fracción de inmuebles de que se trate, que además deberán tener como destino principal el de casa habitación única y permanente o constituir una unidad productiva familiar.
La gestión y presencia del Estado en todo el territorio, mediante la articulación con las jurisdicciones provinciales y municipales, constituyen un objetivo central de nuestra propuesta. Pero esa gestión, al mismo tiempo, tiene que garantizar y promover instancias y herramientas de participación y gestión comunitaria durante las distintas fases del proceso de regularización. Es que los pobladores deben ser parte de la solución del problema e intervenir activamente en el mejoramiento de su barrio.
Estamos convencidos de que tanto la falta de información pública acerca de estos temas como la carencia de los recursos e instrumentos necesarios para enfrentar los procesos establecidos por el orden jurídico actual privan a la población afectada de la posibilidad de acceder, por medio de la Justicia, a la propiedad de la tierra y de una vivienda digna. Es por eso que el Estado, con políticas activas, debe investigar, proponer y aplicar soluciones a los problemas de los más débiles. Se trata, en fin, de dar un paso más en el camino hacia la eliminación de las desigualdades, una meta a la que quienes participamos del proyecto nacional, popular y democrático no queremos renunciar.
Fuente: Página 12

sábado, 29 de junio de 2013

El Diputado Jorge Rivas presentó la alianza entre el Socialismo Marplatense y el Frente para la Victoria

En el Centro Teodoro Bronzini de la calle Rivadavia 3422, los socialistas marplatenses recibieron la visita del Diputado nacional socialista por el Frente para la Victoria, Jorge Rivas, quien horas antes recibió La distinción al Compromiso Social del Honorable Concejo Deliberante. En la ocasión, Rivas participó de la presentación de la alianza del Socialismo Marplatense y el Frente para La Victoria, que lleva como pre-candidato a concejal, al referente de dicha fuerza local, Andrés Cordeu (FOTO). 
El Diputado Jorge Rivas presentó la alianza entre el Socialismo Marplatense y el Frente para la Victoria
Estuvieron presentes los demás candidatos, Daniel Rodríguez, Marcos Gutiérrez y Ana López, así como el concejal Fernando Maraude, el Secretario General del sindicato Maestranza de Casinos Roberto Páez, los socialistas Juan Carlos Cordeu y María José Sánchez, además de Daniel Cavalet y Pedro Ferrer del PC, entre demás militantes y afiliados.

Andrés Cordeu saludó a la concurrencia y luego de presentar a sus compañeros de lista, afirmó que “Desde hace varios años que los socialistas marplatenses hemos planteado qué tipo de ciudad queremos y cómo podemos lograrla, y en esos ejes de trabajo siempre hemos estado en consonancia con lo expuesto por el Frente para la Victoria. Así hemos podido avanzar durante este tiempo, desde el trabajo y la militancia, logrando unir fuerzas en esta elección”. En ese sentido, junto al diputado, agregó que “Con Jorge Rivas desde hace mucho tiempo hemos decidido avanzar en este proyecto, acompañando las políticas nacionales desde nuestro lugar, fortaleciendo un frente de trabajo local, que pueda hacerse eco de las necesidades de los más desposeídos”.

Daniel Rodríguez, primer candidato a pre concejal, manifestó que “Estamos muy contentos de tener a los Socialistas Marplatenses en nuestra lista. Hace tiempo que hemos demostrado que podemos trabajar bien juntos, que tenemos amplias coincidencias, si bien venimos de diferentes orígenes partidarios, en la práctica tenemos una matriz ideológica común muy fuerte, que nos lleva a coincidir en los pensamientos y las acciones”. Y agregó: “Queremos que los socialistas tengan junto a Andrés Cordeu su representación en el Concejo Deliberarte”.

Después de que se expresaran los demás candidatos y fuerzas que acompañaron el acto, El Diputado Jorge Rivas expresó que “Es muy grato estar aquí, en esta oportunidad, para respaldar la lista del Frente para la Victoria, que lleva como candidato a concejal en primer término, al compañero exdiputado Daniel Rodríguez, y entre sus candidatos, también lleva, al compañero socialista, Andrés Cordeu. He podido leer varias de las conclusiones de los equipos técnicos del socialismo marplatense, y es notable observar, además de la seriedad de los trabajos, un hecho poco observable en nuestra política criolla, y ese hecho es ver que no se agotan en denunciar lo que está mal o se hace mal, sino que proponen como hacerlo bien, con un sólido nivel académico. Además, no tengo duda que esta lista, es la que mejor expresa, este proyecto de transformación que lidera Cristina Fernández de Kirchner”

domingo, 23 de junio de 2013

INFOREGIÓN: “La transformación no se detendrá con un fallo judicial”

Así lo aseguró el diputado socialista, aludiendo al rechazo de la Corte. “La democratización del Poder Judicial es inexorable”, consideró el legislador, al tiempo que señaló: “Estamos seguros de que esta puja también va a concluir con una nueva ampliación del poder popular en el entramado de las instituciones”.


El diputado socialista Jorge Rivas cuestionó el fallo de la Corte Suprema, que rechazó la reforma judicial. Y apostó a que la “puja va a concurrir con una nueva ampliación del poder popular en el entramado de las instituciones”.

“La democratización del Poder Judicial es inexorable”, sostuvo Rivas. “El previsible fallo de la Corte – agregó - sólo logrará demorar lo inevitable, pero el proceso de transformación no se detendrá con un fallo judicial”.

“Los socialistas que formamos parte del proyecto político en curso, más allá de respetar el fallo, entendemos que la puja en torno de la democratización del Poder Judicial es una más de las que se han dado en los últimos diez años entre los que se constituyen en defensores a todo trance de los privilegios, y el amplio frente de los que estamos a favor de la democracia y de la igualdad”, señaló en ese sentido.

Y confió: “Estamos seguros de que esta puja también va a concluir con una nueva ampliación del poder popular en el entramado de las instituciones, lo que en parte depende de nuestra capacidad y de nuestra voluntad como militantes”.

jueves, 20 de junio de 2013

Rivas: “El proceso de transformación no se detendrá con un fallo judicial”

“La democratización del Poder Judicial es inexorable”, sostuvo hoy el diputado socialista Jorge Rivas. “El previsible fallo de la Corte – agregó -  sólo logrará demorar  lo inevitable, pero el proceso de transformación no se detendrá con un fallo judicial”.
“Los socialistas que formamos parte del proyecto político en curso, más allá de respetar el fallo – prosiguió el referente de la Confederación Socialista -, entendemos que la puja en torno de la democratización del Poder Judicial es una más de las que se han dado en los últimos diez años entre los que se constituyen en defensores a todo trance de los privilegios, y el amplio frente de los que estamos a favor de la democracia y de la igualdad”.
“Estamos seguros – finalizó el legislador, que integra el bloque del Frente para la Victoria - de que esta puja también va a concluir con una nueva ampliación del poder popular en el entramado de las instituciones, lo que en parte depende de nuestra capacidad y de nuestra voluntad como militantes”.

miércoles, 5 de junio de 2013

TÉLAM: Julián Domínguez: “Es ley el sueño de miles de parejas”

El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez (Frente para la Victoria), afirmó hoy que la aprobación del proyecto que garantiza el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción asistida “es el sueño de miles de parejas convertido en ley”.

Domínguez destacó que “se trata de una norma superadora de la legislación que existe en algunas provincias, ya que abarca a todas las mujeres que no tienen hijos y quieren tenerlos, sin ninguna restricción”.

Por su parte, el diputado Jorge Rivas (FPV-Socialista) dijo que “la aprobación de la ley de Fecundación Asistida que aprobamos hoy representa un gran avance en materia de ampliación de derechos, y para cuyo logro hubo que superar, entre otras dificultades, los penosos obstáculos oscurantistas que opuso la iglesia  católica”.

“También hubo que enfrentar enconados intereses de corporaciones económicas, ya que de ahora en más tanto las obras sociales como las prepagas, así como el servicio de salud pública deberán pagar los costos del tratamiento, de modo que todas las mujeres podrán acceder a ese derecho, con independencia de su condición social”, afirmó.

MINUTO UNO: Diputados convirtió en ley la fertilización asistida

La iniciativa, que permaneció casi un año en el Senado, fue aprobada por 204 votos y 10 abstenciones. El texto propone que las obras sociales y las prepagas brinden cobertura a este tipo de técnicas.
 La Cámara de Diputados convirtió este miércoles en ley el proyecto que incluye en el Programa Médico Obligatorio (PMO) los métodos de fertilización asistida. La iniciativa, que consiguió el respaldo de la mayoría de las bancadas, fue aprobada en general por 204 votos afirmativos y 10 abstenciones.

El texto incluye entre su ámbito de aplicación los tratamientos realizados con asistencia médica para conseguir un embarazo; y entre los procedimientos quedan comprendidos las técnicas de baja y alta complejidad que incluyan o no la donación de gametos o embriones. Asimismo, podrán incluirse nuevos procedimientos y técnicas desarrollados mediante avances técnicos-científicos que sean autorizados por el Ministerio de Salud.

También, indica el proyecto, los procedimientos se podrán realizar en los establecimientos sanitarios habilitados que cumplan con los requisitos determinados.

Entre los cambios al proyecto, el Senado incluyó la posibilidad de que el Ministerio de Salud de la Nación tenga la facultad de capacitar a los profesionales y que se incluya una partida presupuestaria, a nivel nacional, para realizar campañas de promoción sobre la nueva legislación.
"La aprobación de la ley de Fecundación Asistida que aprobamos hoy representa un gran avance en materia de ampliación de derechos – sostuvo el diputado Jorge Rivas, que integra el bloque del FPV -, para cuyo logro hubo que superar, entre otras dificultades, los penosos obstáculos oscurantistas que opuso la iglesia  católica".
"También hubo que enfrentar enconados intereses de corporaciones económicas ya que de ahora en más tanto las  obras sociales como las prepagas, así como el servicio de salud pública  deberán pagar los costos del tratamiento, de modo que todas las mujeres podrán acceder a ese derecho, con independencia de su condición social", recordó el referente de la Confederación Socialista.

martes, 28 de mayo de 2013

TIEMPO ARGENTINO: Una simulada pérdida de contacto con la realidad

 Salvando las enormes distancias, como repite el editorial de La Nación, nuestros países vecinos tendrían que estar atentos a la adquisición de armas y a la intensidad del entrenamiento que reciben las fuerzas armadas del kirchnerismo, porque es probable que en los próximos dos años desarrollen una blitzkrieg y ocupen militarmente el Uruguay, o Bolivia, por ejemplo, para después extender su dominación a toda América del Sur. Aun más terrible, por supuesto, y abandonando cualquier humorada, resulta imaginar la mera probabilidad de un Holocausto, aunque en este país ya hubo campos de tortura y exterminio durante una dictadura que a La Nación jamás se le ocurrió comparar con el nazismo.Sinceramente creo, sin ironía alguna, que ni siquiera el fundador del diario, Bartolomé Mitre, habría descendido a un tan profundo nivel de disparate histórico como la comparación que sus herederos periodísticos publicaron ayer. Por lo pronto, ni siquiera lo hizo cuando él mismo calumniaba al gobierno de Solano López para justificar la destrucción militar del Paraguay y el genocidio de su población, que efectivamente ejecutó.
Salvando las distancias, el prestigioso La Nación está empezando a parecerse a ese diario ficticio que, según es fama, se escribía para que Hipólito Yrigoyen, en el último período de su vida, no percibiera la adversa realidad política. Hay un contacto con la realidad que se ha perdido, o, más probablemente, que se simula haber perdido. La pregunta inquietante es a quién está realmente destinada la simulación. Y con qué propósito. 

sábado, 25 de mayo de 2013

M1: El pueblo reconoce la consecuencia entre el discurso y la acción

Noticias internacionales, policiales y del espectáculo
El diputado socialista repasa los 10 años de gobierno kirchnerista y destaca como novedad histórica, el que por primera vez, los actos de un gobierno coinciden con aquello que se aseguró se haría.
Escribe Jorge Rivas (*)

No es el caso de enumerar los avances democráticos, las conquistas de derechos, las reformas progresivas que se han ido enhebrando desde mayo de 2003. Sería largo y reiterativo. Quiero recordar, sí, el discurso de asunción que dio Néstor Kirchner aquel 25 de mayo. Entre muchas cosas, dijo que no iba a confundir gobernabilidad con impunidad, que el Estado estaba para poner igualdad allí donde el mercado ponía exclusión, que la eliminación de la pobreza era una cuestión de políticas, que la prioridad en materia de relaciones internacionales iban a ser los países de la región.

Es que la primera novedad histórica que trajo el kirchnerismo fue que los actos de gobierno confirmaron el espíritu del discurso. Kirchner hizo durante los cuatro años que siguieron lo que aquel día dijo que iba a hacer. Creo que no fueron solo los hechos en sí, sino también esa consecuencia entre palabra y acción los que le depararon una formidable adhesión popular.

En 2007, a su vez, cuando le tocó asumir la presidencia, Cristina Fernández de Kirchner pronunció una frase que era, en sí misma, un programa. La tarea no estará cumplida, dijo, mientras haya un solo pobre en la Argentina. La Presidenta llevó adelante ese programa, que por definición está todavía inconcluso, con un conjunto de políticas que impulsaron el crecimiento económico con inclusión social, pero sobre todo con la Asignación Universal por Hijo y con la recuperación de los fondos provisionales de las manos del capital financiero, que tanto ha contribuido a mejorar la vida de los trabajadores pasivos.

La contundente victoria electoral que le dio la reelección en 2011 repitió el mensaje: el pueblo argentino, tan hecho a los desengaños y a las decepciones políticas, volvió a premiar esa consecuencia en la que había dejado de creer. No se puede obviar el hecho, además, de que esa victoria llegó apenas dos años después de que el durísimo enfrentamiento con los rentistas agrarios dejara a la Presidenta en una situación de derrota y de debilidad que entusiasmó a sus adversarios hasta el punto de que muchos se apuraron a administrarle la extremaunción política.

En ese camino, con la muerte de Néstor, Cristina perdió a su compañero, y los argentinos todos a un dirigente excepcional, al que nunca se extrañará lo suficiente. Pero la Presidenta y la mayoría de los argentinos encontraron, en cambio, algunas certezas. Ella, la de que había una nueva energía militante, sobre todo en los jóvenes. Ellos, la de que valía la pena poner la cabeza y el cuerpo en una empresa política de reformas que promete acercarlos cada vez más al objetivo de la justicia social, que parecía irremediablemente perdido. Es probable que en esos descubrimientos residan algunas claves de esta década ganada. 

(*) Jorge Rivas es diputado nacional por la Confederación Socialista Argentina-FPV

viernes, 24 de mayo de 2013

TERRA: LOS DICHOS DE DE LA SOTA SON MISERABLES


El diputado nacional socialista Jorge Rivas afirmó hoy que los dichos del gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, proponiendo negociar las condenas con los represores a cambio de información, "son miserables desde el punto de vista de una ética democrática y de derechos humanos y "cínicamente oportunistas desde un punto de vista político.
Los dichos de De la Sota son miserables desde el punto de vista de una ética democrática y de derechos humanos, señaló Rivas en su cuenta de twitter.
Rivas sostuvo que "De la Sota sabe que para ser el candidato del antikirchnerismo necesita la bendición de la derecha y con su propuesta, se ubica a la derecha de todos y peligrosamente al borde del espectro político.
Por esta razón, apuntó el diputado nacional, los dichos de De la Sota son cínicamente oportunistas desde un punto de vista político.
Podríamos temer que esas palabras estuvieran haciendo retrasar treinta años a la democracia argentina, advirtió.

Télam

miércoles, 22 de mayo de 2013

INFOBAE: Militancia, derechos humanos e igualdad

Opinión

En materia de derechos humanos, las conquistas logradas en diez años de kirchnerismo son muchas. El jueves pasado, sin ir más lejos, la muerte de un dictador en la cárcel las puso en evidencia con la fuerza de un símbolo. Tampoco son menores los avances registrados en lo que se refiere a la ampliación de derechos ciudadanos y a la inclusión social, aunque en este último aspecto la deuda con los más desvalidos de nuestra sociedad siga siendo muy grande. Sin embargo, es otra la faceta en la que quiero poner énfasis en este balance.
Hace diez años, el país estaba vacío de política, en la misma medida en que ella estaba vacía de militantes. Los casi treinta años que habían transcurrido desde el inicio de la última dictadura cívico-militar, atravesados por la aplicación casi constante de la ortodoxia económica neoliberal elevada a la categoría de pensamiento único, habían transformado a la actividad política en una mera administradora de los intereses del capital más concentrado.
Después de los primeros años desde el inicio de la democracia en 1983, ya no hubo militantes políticos -con excepción de los que subsistían en minoritarias expresiones de izquierda-, sino apenas “operadores” dedicados a tramar relaciones serviles con los poderes fácticos y a urdir listas electorales. Acostumbrada a que la política fuera solamente eso, la ciudadanía, y en particular la juventud, pareció declararla desierta, y se alejó de ella.
El 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner asumió la presidencia y dio un discurso repleto de novedades históricas. Entre muchas cosas, dijo que no iba a confundir gobernabilidad con impunidad, que el Estado estaba para poner igualdad allí donde el mercado ponía exclusión,y que la eliminación de la pobreza era una cuestión de políticas.
De cualquier modo, a unos escépticos curtidos como eran, con pleno derecho, los argentinos, no les costaba nada pensar que sólo se trataba de palabras de ocasión. Pero poco a poco fue quedando claro que había que rendirse ante las evidencias. Kirchner empezó a hacer política, a poner los derechos y los intereses de las mayorías por encima de los de las corporaciones y de los acreedores externos, y puso en marcha un proceso de cambios progresivos que continúa ahora con la conducción de Cristina Fernández de Kirchner.
Ese formidable viraje no tuvo efectos sólo sobre aspectos específicos de la realidad. También tuvo uno muy profundo sobre las conciencias de miles y miles de ciudadanos que percibieron el renacimiento de la política, a la que empezaron a vislumbrar como un medio eficaz para generar transformaciones en la sociedad y en las vidas individuales. La inolvidable movilización espontánea que se desató con el duelo popular por la muerte de Néstor, en octubre de 2010, puso en negro sobre blanco la dimensión de un cambio que ya se había podido entrever desde hacía algún tiempo: con los jóvenes a la vanguardia, las calles se llenaron de multitudes que habían hecho de la participación política un motivo de entusiasmo y de orgullo.
Ese, el del regreso de la política, el del regreso de la militancia como prácticas imprescindibles para empujar los cambios, para combatir injusticias y desigualdades, es un logro inseparable de diez años de kirchnerismo. Un legado del que podemos esperar mucho los que apostamos a seguir adelante en la larga tarea de construir la igualdad social.