Las diferentes vertientes del FpV tuvieron una agitada semana de encuentros, discursos y fotos, con una cumbre del PJ que reunió a varios de los presidenciables. En todos los actos hubo un fuerte contenido cristinista, y en todos hubo algún representante de La Cámpora. En paralelo a la actividad política partidaria, el gobernador Scioli ultima los detalles de su último presupuesto provincial, cuya discusión será para alquilar balcones.
Por Hernán Sánchez
El kirchnerismo tuvo su sábado de súper acción con tres movidas que juntaron por separado, y entremezclaron a la vez, diversas expresiones de la multicolor conformación del oficialismo. En rigor, el primer síntoma de un Frente para la Victoria muy activo durante el fin de semana se evidenció el viernes en Berazategui, en el Congreso de Infraestructura que encabezó Julio De Vido e inauguró, vía teleconferencia, la presidenta Cristina Fernández.
Convocó el intendente Patricio Mussi, precandidato a gobernador por Los Oktubres con el aval de La Cámpora (representada en el lugar por Wado De Pedro); y allí, entre otros, se dieron cita aspirantes a la presidencia como Daniel Scioli y Julián Domínguez, y también otros aspirantes a la gobernación como Fernando Espinoza y el vicegobernador Gabriel Mariotto. Además, parte de la CGT oficialista representada por Juan Carlos Caló.
Coincidentes, los discursos apuntaron con dureza a los Fondos Buitre y a defender la estrategia de la Presidenta. Para no ser menos que ninguno y dar una nueva muestra que es parte inseparable del espacio, Scioli pidió “respaldar a la Presidenta en la batalla que está dando”
Mussi abogó porque un intendente sea el próximo gobernador. Había delante suyo competidores directos, pero no ahorraron aplausos. Parece que la orden es que florezcan mil flores, pero todas en el mismo jardín y polinizándose entre sí. El alcalde de Berazategui, por otra parte, dejó de lado las críticas al gobernador, de quien dijo que ponía “el cuerpo todos los días”, además de mencionar que “hace un enorme esfuerzo para ser el intendente N° 136″. Sonó a música para quien alberga la esperanza de ser ungido como el candidato presidencial del espacio en una síntesis que todavía aparece lejana, aunque no imposible.
La segunda página del álbum oficialista, que volvió a retratar a varios precandidatos presidenciales y a la gobernación, fue ayer junto a las bellas sierras tandilenses. El PJ provincial simuló una paleta de Picasso. Eso sí, todos los encargados de dirigir la palabra se esforzaron para parecer más cristinistas que el anterior orador. Y fueron varios.
A priori, el encuentro convocado por Fernando Espinoza en su calidad de titular del Partido Justicialista bonaerense tenía como objetivo de máxima contar con todos los competidores por el sillón de Rivadavia para que expusieran algunas líneas de sus planes de gobierno. Demasiado pretensioso para los tiempos que corren. Sin embargo, la convocatoria estuvo a la altura de las circunstancias y dieron el presente Daniel Sciolo, Julián Domínguez y Sergio Urribarri.
Otra vez faltaron Florencio Randazzo y su tropa. A esta altura, con media docena de reuniones del PJ convocadas sin que en ninguna hubiera presencia randazzista, es evidente que al ministro del Interior no le interesa quedar ligado al sello del partido en su pretensión de ocupar un cargo ejecutivo electo en 2015.
Tampoco fue Jorge Taiana, quien tuvo actividad política en el sur del país, pero sí estuvo representado el Movimiento Evita a través del diputado Fernando “Chino” Navarro.
El cóctel lo completaron, entre otros, Diego Bossio (aspirante a la gobernación como Espinoza), los gobernadores José Luis Gioja y Eduardo Fellner (quien cerró el acto en calidad de titular del PJ nacional, y con su presencia evitó que la última la palabra la tuviera uno de los competidores internos por la presidencia) y los muchachos de La Cámpora José Ottavis y Eduardo “Wado” De Pedro. Todos hablaron con loas al gobierno central.
Entre tantos panegíricos, la presencia de La Cámpora con dos de los integrantes de la mesa chica, no debe quedar soslayada. La organización juvenil se siente parte del PJ y lo comienza a hacer sentir con asistencia y oratoria. El Movimiento Nacional Justicialista tiene como dogma la amplitud y como meta el poder, y los camporistas tampoco quieren quedar afuera de todo en el tiempo que viene, por eso ya no reniegan tanto de la estructura partidaria.
La organización conducida por Máximo Kirchner (sobre quien su tía Alicia dijo que podría ser candidato) pisa en todo terreno donde haya un acto con aroma K. Por eso otro de los popes, Andrés “El Cuervo” Larroque, cerró el plenario de la Confederación Socialista, también celebrado ayer. El partido conducido por el diputado Jorge Rivas forma parte de Unidos y Organizados y se muestra lejos del PJ tradicional.
Para La Cámpora son todos puntos de enlace. Por eso este agitado sábado hubo que hacer esfuerzos para no faltar en ningún lado. Entonces le tocó a Juan Cabandié subir al escenario en la cancha de Atlanta, donde Nuevo Encuentro tuvo su estadio para la militancia.
A la convocatoria de Martín Sabbatella y su escudería también se acercó el entrerriano Sergio Urribarri, quien salió raudo de Tandil para cumplir con otra pata del kirchnerismo, quizá la más alejada del peronismo. En Atlanta, además, se pudo ver al ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, al presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia, Horacio González, y al polémico dirigente social Luis D’Elía. También variopinto el asunto.
Quien no anduvo por el field de los bohemios fue el gobernador bonaerense. Es viejo el enfrentamiento entre el mandatario y esa agrupación que entró al kirchnerismo gracias a la transversalidad. Scioli, a la misma hora, prefirió otra foto.
Scioli visitó la carpa de apoyo al peregrino que se había instalado en General Rodríguez para asistencia de los fieles que realizaban la tradicional caminata a Luján. Estuvo acompañado por el Arzobispo de la Arquidiócesis Mercedes – Luján, Monseñor Agustín Radrizzani, y en el lugar se encontró con su esposa, Karina Rabolini, quien participó de la procesión. El rol de la primera dama provincial en la campaña de su esposa parece ser cada vez mayor y determinante.
Después, en San Miguel, el Gobernador encabezó el acto de inauguración del primer local “Scioli Presidente”, junto al pre candidato a intendente y subsecretario de Deporte Social, Carlos “Chino” Tapia. En el primer plano del retrato aparece también Fernando Espinoza.
Scioli y Espinoza comparten cada vez más la campaña. Hay necesidades mutuas que se complementan. No obstante, Espinoza también coquetea con otros posibles presidenciables, asiste a la invitación de un competidor directo, y comparte la organización del consejo del PJ con otro aspirante al sillón de calle 6 (Diego Bossio). Por su parte, Scioli tiene incluso en su equipo un aspirante a la Gobernación, asiste a la invitación del hasta ahora crítico Mussi, coincide en un cónclave del PJ con otros precandidatos presidenciales, y dejan fundidas en abrazos distancias que hasta ayer parecían insalvables.
Quizá mañana vuelva a ser como era. Pero hoy la foto es esta, un kirchnerismo movilizado y activo en el que florecen mil flores, pero todas en el mismo jardín y polinizándose entre sí.
Presupuesto
En otro plano de la realidad política, pero nunca desvinculado de la rosca que gobierna a los dirigentes en la previa a las elecciones, los funcionarios bonaerenses, y en particular el primer mandatario, se abocarán esta semana a ultimar los detalles de la próxima Ley de Leyes.
En no más de diez días se comprometió el gobierno de la Provincia a enviar el presupuesto 2015 a la Cámara de Diputados, donde lo aguardan con más expectativa política que económica. Es decir, la discusión pasará mayoritariamente por los beneficios y prejuicios para cada sector en cuanto a su posicionamiento que por las necesidades específicas de una provincia siempre al límite del ahogo en lo financiero.
Como adelantó La Tecla en su edición impresa del 2 de septiembre, y ratificaron funcionarios provinciales en los últimos días, el proyecto de Ley Impositiva que se acollara al Presupuesto prevé un alza en los impuestos a los bienes que rondará el 30 por ciento. Habrá un tratamiento especial para el inmobiliario rural, atento a las dificultades que atraviesan vastas zonas del territorio a causa de las intensas lluvias.
Si bien no se tocarán las valuaciones fiscales, se harán modificaciones en las bases imponibles sobre las que se cobran los inmobiliarios urbano y rural, y sobre las alícuotas. Técnicamente, para los responsables económicos de la Provincia esto no es considerado aumento, pero en rigor los vecinos bonaerenses pagarán más que este año.
En vistas de la inflación aparece como lógica la pretensión de subir la carga fiscal. Eso sí, el oficialismo no podría excederse de la estimación inflacionaria del Indec, bastante diferente a la de las consultoras privadas. Tampoco le será fácil a la oposición oponerse a una suba impositiva cuando basa su discurso actual en la disparada inflacionaria.
En una reunión con periodistas, el presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Fernando Navarro, dijo que hay expectativa respecto a la llegada del Presupuesto, y reconoció que “este año tendrá la particularidad de discutirse más desde lo político”.
El propio oficialismo muestra hay disparidad de criterios acerca de las consecuencias de un aumento en los impuestos y el costo político que podría acarrear. También en el variopinto Frente para la Victoria será trabajoso el consenso acerca de qué tocar y qué no en la búsqueda de mayores recursos para la Provincia, que por otra parte prevé aumentar casi el 60 por ciento el monto destinado a la seguridad.
Ya hubo un intento del Ejecutivo, en diciembre de 2013, para avanzar en un retoque de los inmobiliarios pero no se llegó a un acuerdo con la oposición. Tampoco lo hubo para establecer un canon específico del 18% destinado a seguridad. Se acordó establecer en el presupuesto un endeudamiento de 1.035 millones destinado a Seguridad. Pero esto tampoco pudo llevarse a cabo debido a las dificultades para salir al mercado que hubo durante todo este año. Conclusión: el Ejecutivo no acepará una salida similar para el próximo ejercicio.
En esa puja política a abrirse ni bien el Presupuesto y la Ley Impositiva se apoyen en la mesa de entradas de la Legislatura, el oficialismo ha tomado una postura que amenaza ser inflexible, al menos en la previa. “No vamos a permitir que nos cambien cosas sustanciales; vamos a ir todos los ministros como lo hacemos siempre, vamos a dar todas las explicaciones necesarias, y vamos a aceptar las sugerencias que nos parezcan que suman, pero no vamos a aceptar que nos cambien cuestiones sustanciales”, le dijo a La Tecla un alto funcionario de Economía hace ya un mes. La postura sigue tal cual.
La disputa podría hacer correr a la Ley de Leyes la misma suerte que la policía comunal, votada en Diputados pero frenada en el Senado por el Frente Renovador. La composición de la Cámara Alta es todo un desafío de sortear para el Presupuesto y su eterna novia, la Ley Impositiva.
¿Gobernará Scioli sin presupuesto durante su último año al frente de la Provincia? Es una posibilidad. En el Ejecutivo señalan que no es el mejor síntoma político para alguien cuya carrera se basa en la apertura del diálogo y en los consensos. Pero tampoco se ponen demasiado dramáticos a la hora de aceptar esa realidad si llegara a concretarse.
Con el prorrogado de este año el Gobernador contaría, como mínimo, con unos 50.000 millones de pesos de libre disponibilidad. Esta certeza es para la oposición un contratiempo en caso que buscare trabar la herramienta de gestión del mandatario provincial. Dispondría, por ejemplo,
Sin dudas, la discusión legislativa será para alquilar balcones. Probablemente haya más pirotecnia y balas de fogueo que fuego cruzado real. Así como están las cosas no parece convenirle a nadie llevar al extremo de la pelea política la presunción de los gastos de un año electoral que ya se vive con gran intensidad.
FUENTE: LA TECLA
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