EL SOCIALISTA RIVAS (FPV) MANIFESTÓ DISIDENCIAS CON EL NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL, Y LO RESPALDÓ EN LO GENERAL
Discurso del diputado socialista Jorge Rivas (bloque FpV) en el recinto el 01/10/2014.
"Señor Presidente (de la Cámara de Diputados Nacional):
Si bien voy a votar a favor del proyecto de reforma y unificación de los viejos códigos civil y comercial de la República, que tiene media sanción del Senado, y aunque me parece que la idea de votar en particular artículo por artículo no resiste el menor análisis, quiero expresar brevemente dos disidencias. Una, es que el texto mantiene la afirmación de que la existencia de la vida humana comienza en el momento de la concepción. Por más que se intente arroparlo con fundamentos científicos, ese criterio no es más que una concesión a la jerarquía de la iglesia católica. Esa concesión, a la que nos tiene acostumbrados el poder político desde los orígenes del Estado argentino, ocasiona por desgracia efectos graves, ya que su verdadero objeto es obstruir la posibilidad de que las mujeres dispongan con libertad de sus propios cuerpos. La otra disidencia está referida al hecho de que el Senado haya quitado del anteproyecto el artículo que establecía la función social de la propiedad. A mi juicio se trata de un retroceso, ya que se pierde la oportunidad de poner al Código en sintonía con tratados internacionales sobre derechos humanos que tienen rango constitucional, y desprotege a los sectores más vulnerables de la sociedad. Más allá de estas importantes disidencias, y conforme al mensaje enviado con el anteproyecto, entiendo que se pretende un Código que no solo refleje el Estado de Derecho, sino el Estado social democrático y de derecho, y que por lo tanto el proyecto de reforma refleja los problemas cotidianos del pueblo. El texto, efectivamente, también proclama la búsqueda de la igualdad real, la no discriminación, la protección de la persona. Ampara los derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño, de las personas con discapacidad, de la mujer, de los consumidores, de los bienes ambientales, de las comunidades originarias. También se ha logrado institucionalizar normas que preservan los derechos personalísimos, adecuándolos a los tratados internacionales incorporados en el artículo 75 de la Constitución Nacional. En cuanto al derecho de familia, se sanciona el matrimonio igualitario, se elimina, entre otras cosas, el imperativo legal de tres años de convivencia como mínimo para solicitar el divorcio vincular, así como la necesidad de invocar una causal determinada taxativamente. Se incorporan las uniones convivenciales al derecho positivo, estableciendo la protección de la vivienda familiar para este tipo de uniones. Entre otros cambios que van a agilizar el trámite de adopción, también debemos decir que además del régimen de adopción plena o simple, se prevé la adopción por integración, referida al hijo del cónyuge conviviente. Ampliación de derechos, señor Presidente, además de adecuación de las normas a los cambios históricos, dos motivos más que suficientes para votar a favor. Porque sabemos que el Código Civil en vigencia tiene casi un siglo y medio, ya que fue aprobado a libro cerrado, sí, a libro cerrado, el 25 de septiembre de 1869, durante la presidencia del prócer republicano Domingo Sarmiento. La más importante de las reformas que sufrió fue sancionada en 1968 por un decreto de la dictadura oscurantista de Juan Carlos Onganía, aquel general que se puso de rodillas en Luján para consagrar la República al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen. Señor Presidente, estoy seguro de que ningún diputado o diputada, sea oficialista u opositor, coincide con la totalidad del articulado del proyecto que tenemos sobre nuestras bancas. Ese grado de coincidencia, tal vez, es imposible. Lo sabían los congresales de 1869. Por lo mismo, esa falta de conformidad irrestricta no es un argumento suficiente para no votar la reforma, y mantener de ese modo en vigencia dos códigos sancionados en el siglo XIX. Por el contrario, el proyecto de reforma y unificación intenta, aunque de manera incompleta, dar respuesta a los conflictos cotidianos de nuestro pueblo.
Muchas gracias."
"Señor Presidente (de la Cámara de Diputados Nacional):
Si bien voy a votar a favor del proyecto de reforma y unificación de los viejos códigos civil y comercial de la República, que tiene media sanción del Senado, y aunque me parece que la idea de votar en particular artículo por artículo no resiste el menor análisis, quiero expresar brevemente dos disidencias. Una, es que el texto mantiene la afirmación de que la existencia de la vida humana comienza en el momento de la concepción. Por más que se intente arroparlo con fundamentos científicos, ese criterio no es más que una concesión a la jerarquía de la iglesia católica. Esa concesión, a la que nos tiene acostumbrados el poder político desde los orígenes del Estado argentino, ocasiona por desgracia efectos graves, ya que su verdadero objeto es obstruir la posibilidad de que las mujeres dispongan con libertad de sus propios cuerpos. La otra disidencia está referida al hecho de que el Senado haya quitado del anteproyecto el artículo que establecía la función social de la propiedad. A mi juicio se trata de un retroceso, ya que se pierde la oportunidad de poner al Código en sintonía con tratados internacionales sobre derechos humanos que tienen rango constitucional, y desprotege a los sectores más vulnerables de la sociedad. Más allá de estas importantes disidencias, y conforme al mensaje enviado con el anteproyecto, entiendo que se pretende un Código que no solo refleje el Estado de Derecho, sino el Estado social democrático y de derecho, y que por lo tanto el proyecto de reforma refleja los problemas cotidianos del pueblo. El texto, efectivamente, también proclama la búsqueda de la igualdad real, la no discriminación, la protección de la persona. Ampara los derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño, de las personas con discapacidad, de la mujer, de los consumidores, de los bienes ambientales, de las comunidades originarias. También se ha logrado institucionalizar normas que preservan los derechos personalísimos, adecuándolos a los tratados internacionales incorporados en el artículo 75 de la Constitución Nacional. En cuanto al derecho de familia, se sanciona el matrimonio igualitario, se elimina, entre otras cosas, el imperativo legal de tres años de convivencia como mínimo para solicitar el divorcio vincular, así como la necesidad de invocar una causal determinada taxativamente. Se incorporan las uniones convivenciales al derecho positivo, estableciendo la protección de la vivienda familiar para este tipo de uniones. Entre otros cambios que van a agilizar el trámite de adopción, también debemos decir que además del régimen de adopción plena o simple, se prevé la adopción por integración, referida al hijo del cónyuge conviviente. Ampliación de derechos, señor Presidente, además de adecuación de las normas a los cambios históricos, dos motivos más que suficientes para votar a favor. Porque sabemos que el Código Civil en vigencia tiene casi un siglo y medio, ya que fue aprobado a libro cerrado, sí, a libro cerrado, el 25 de septiembre de 1869, durante la presidencia del prócer republicano Domingo Sarmiento. La más importante de las reformas que sufrió fue sancionada en 1968 por un decreto de la dictadura oscurantista de Juan Carlos Onganía, aquel general que se puso de rodillas en Luján para consagrar la República al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen. Señor Presidente, estoy seguro de que ningún diputado o diputada, sea oficialista u opositor, coincide con la totalidad del articulado del proyecto que tenemos sobre nuestras bancas. Ese grado de coincidencia, tal vez, es imposible. Lo sabían los congresales de 1869. Por lo mismo, esa falta de conformidad irrestricta no es un argumento suficiente para no votar la reforma, y mantener de ese modo en vigencia dos códigos sancionados en el siglo XIX. Por el contrario, el proyecto de reforma y unificación intenta, aunque de manera incompleta, dar respuesta a los conflictos cotidianos de nuestro pueblo.
Muchas gracias."
Informe:
Marcos Viancheto.
Prensa.
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