31 de julio de 2008
La Voz del Interior - Córdoba - Nota - Política
Crisis política / Diálogo reservado
Sobrio y serio" reencuentro en la Rosada
La Presidenta recibió a Cobos, pero no hubo fotos ni declaraciones. El gestor y vocero de la reunión fue el jefe de Gabinete.
Sergio Serrichio
Corresponsalía
Buenos Aires. A 10 horas de que se cumplieran exactamente dos semanas del fatídico voto “no positivo” con que el vicepresidente Julio Cobos dio por tierra en el Senado con el proyecto oficial de retenciones móviles a las exportaciones agrícolas, la presidenta Cristina Fernández lo recibió ayer en su despacho, acompañada por el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el ministro de Interior, Florencio Randazzo.
“El vicepresidente y la Presidenta hablaron de los temas que pasaron”, señaló Massa en un brevísimo encuentro con la prensa.
Para no brindar más detalles, el jefe de Gabinete se amparó en que debía respetar el carácter “reservado” del encuentro, aunque reconoció que la reunión había sido “sobria y seria”, además de “profunda y muy sincera”.
“No hubo adjetivaciones ni a personas ni a conductas”, señaló Massa, en típica aclaración que oscurece. “Por sobre todas las cosas, la reunión se hizo por respeto a las instituciones”, prosiguió.
“Lo más importante es que la Presidenta y el vicepresidente, cada uno en su rol institucional, van a seguir trabajando por el bien de todos los argentinos”, concluyó.
Cobos había solicitado por escrito la reunión en la jornada previa y ayer mantuvo contactos telefónicos con Massa y con el senador José Pampuro. Esa gestión abrió la puerta a la reunión, que fue agendada para las 18, debido a la suspensión por mal tiempo de un acto que la Presidenta iba a encabezar en Adrogué, en el Gran Buenos Aires.
Sin fotos y en silencio. El vicepresidente, quien hacía un mes y medio que no hablaba con la Presidenta, entró a la explanada de la Casa Rosada un par de minutos antes de la hora señalada y la reunión –vedada incluso al registro fotográfico del propio aparato de comunicación oficial– comenzó un cuarto de hora más tarde.
Cobos se retiró raudamente a las 19 horas, sin hacer declaraciones, pese al llamado a viva voz de camarógrafos y movileros para que se acercara a hacer declaraciones a la reja perimetral de la Casa Rosada. Menos amable, un puñado de simpatizantes kirchneristas le gritaban “Traidor” y “Judas”.
El vicepresidente abordó luego un avión a Mendoza, debido a la muerte del suegro de su hijo mayor.
Todo apunta a que la Presidenta mantendrá un trato frío y distante con su vice, pero buscando no victimizarlo, como cuando el kirchnerismo le saboteó a Cobos una reunión con gobernadores.
La otra “Concertación”. De hecho, en los últimos días la estrategia oficial apunta hacia una “Concertación sin Cobos”, mediante la incorporación del socialista Oscar González en la vicejefatura de Gabinete y del radical K Gustavo López en la Subsecretaría General de la Presidencia, donde antes talló nada menos que Carlos Kunkel, representante del kirchnerismo puro.
Cobos navega por ahora sobre una ola de popularidad. Según una encuesta difundida ayer por la consultora Datamática, es el potencial candidato presidencial con más intención de voto: 16,9 por ciento, por debajo de un 18,3 por ciento que se consideró “indeciso” y un 16 por ciento que votaría por Elisa Carrió. La encuesta muestra además que el gobernador con peor imagen es el mendocino Celso Jaque, que en la saga de las retenciones jugó sin fisuras del lado oficial.
Pero las elecciones presidenciales son recién en 2011. Mientras tanto, a Cobos le será arduo ensanchar su propio espacio político o construir uno nuevo. Los “radicales K” quedaron divididos en la votación del Congreso, así siguen.
Algo parecido sucede con los gobernadores, con el rionegrino Miguel Saiz y el santiagueño Gerardo Zamora más cerca de los Kirchner. Y el titular de la UCR, Gerardo Morales, reiteró ayer que el partido no reincorporará a Cobos “mientras siga formando parte de un proyecto que es autoritario e intolerante”.
Cobistas afuera. Mientras, cinco funcionarios allegados al vicepresidente Cobos fueron echados de Planificación, donde manda Julio De Vido, y otros tres están sometidos a desgaste: el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Juan Carlos Jaliff, el subsecretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería, Horacio “Pechi” Quiroga, y el mendocino Mario de Casas, en el Ente Regulador de Electricidad. El ejemplo contrario son dos radicales K que se alejaron de Cobos: el vicepresidente del BCRA, Miguel Pesce, muy firme en su lugar, y el ya mencionado Gustavo López, que fue ascendido.
Así las cosas, el rol “institucional” que la Casa Rosada le reserva a Cobos parece ser reunirse con quien quiera –como hizo anteayer con el ruralista Alfredo De Angeli– y tocar la campanita en el Senado.