La segunda recuperación de los trenes
Escribe Jorge Rivas, diputado nacional. Confederación Socialista – Frente para la Victoria
La iniciativa del Poder Ejecutivo consistente en la estatización de los ferrocarriles es una más de las que han sido concebidas con el objeto de reparar los efectos devastadores del desmantelamiento del Estado argentino, consumado durante los años noventa.
La destrucción de la red del servicio ferroviario ya había sido sistemática durante las décadas anteriores. Sin embargo, ella alcanzó cierto consenso social recién cuando, de la mano del auge de las ideas neoliberales, se impusieron respecto del servicio ferroviario conceptos tales como lucro, rentabilidad, ramales no productivos, eficiencia empresaria, o reducción del gasto.
Esos paradigmas han sido puestos en crisis en nuestro país a partir del 25 de mayo del 2003. Hoy, solo se aferran a ellos los nostálgicos del neoliberalismo, que dicho sea de paso son más de los que parecen. Pero es preciso no confundirse con el apoyo que el proyecto del gobierno recibe de parte de ciertas expresiones de la dereha. No es más que un hipócrita intento de mimetizarse con las fuerzas políticas populares para tratar de engañar una vez más a nuestro pueblo en tiempos electorales.
No creo que haga falta recordar que ha sido su líder político, el ingeniero Mauricio Macri, el que en reiteradas oportunidades ha manifestado su voluntad de volver a privatizar, entre otras cosas, a Aerolíneas Argentinas, con una lógica noventista berreta de eficiencia contable. Aerolíneas Argentinas también forma parte de la que consideramos una red de transporte público, pensada como herramienta de desarrollo y crecimiento. En esa línea debe entenderse también la decisión estratégica de la estatización de los trenes. Dudo mucho de que ésta sea una concepción que comparte la derecha.
Fue precisamente durante nuestro gobierno que se estatizaron, entre otras, el Correo, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, las AFJP, YPF, Tandanor, y ahora los trenes. Y es bueno recordar que en todos los casos, sin excepción, fue para poner fin a gestiones privadas deplorables. Baste como ejemplo del desquicio de gestión de las empresas estatizadas desde 2003 en adelante la estatización del Correo Argentino, por entonces en manos de Socma, del grupo Macri, que ni siquiera había cumplido con el pago del canon, y que hasta contabilizó como inversión el pago de la indemnización a tres mil trabajadores despedidos.
Con la estatización de los ferrocarriles estamos volviendo a dejar en manos del Estado lo que nunca debió dejar de estar en sus manos. En la época fundacional de nuestra Nación, la oligarquía que se había hecho del poder entregó al imperialismo británico la red ferroviaria más importante de América del Sur. En 1947, el Estado argentino la recuperó en beneficio de nuestro pueblo, que la hizo entrañablemente suya. Ahora la recuperamos por segunda vez, para reconstruirla y para ponerla nuevamente al servicio de las grandes mayorías, del crecimiento y de la inclusión.
Escribe Jorge Rivas, diputado nacional. Confederación Socialista – Frente para la Victoria
La iniciativa del Poder Ejecutivo consistente en la estatización de los ferrocarriles es una más de las que han sido concebidas con el objeto de reparar los efectos devastadores del desmantelamiento del Estado argentino, consumado durante los años noventa.
La destrucción de la red del servicio ferroviario ya había sido sistemática durante las décadas anteriores. Sin embargo, ella alcanzó cierto consenso social recién cuando, de la mano del auge de las ideas neoliberales, se impusieron respecto del servicio ferroviario conceptos tales como lucro, rentabilidad, ramales no productivos, eficiencia empresaria, o reducción del gasto.
Esos paradigmas han sido puestos en crisis en nuestro país a partir del 25 de mayo del 2003. Hoy, solo se aferran a ellos los nostálgicos del neoliberalismo, que dicho sea de paso son más de los que parecen. Pero es preciso no confundirse con el apoyo que el proyecto del gobierno recibe de parte de ciertas expresiones de la dereha. No es más que un hipócrita intento de mimetizarse con las fuerzas políticas populares para tratar de engañar una vez más a nuestro pueblo en tiempos electorales.
No creo que haga falta recordar que ha sido su líder político, el ingeniero Mauricio Macri, el que en reiteradas oportunidades ha manifestado su voluntad de volver a privatizar, entre otras cosas, a Aerolíneas Argentinas, con una lógica noventista berreta de eficiencia contable. Aerolíneas Argentinas también forma parte de la que consideramos una red de transporte público, pensada como herramienta de desarrollo y crecimiento. En esa línea debe entenderse también la decisión estratégica de la estatización de los trenes. Dudo mucho de que ésta sea una concepción que comparte la derecha.
Fue precisamente durante nuestro gobierno que se estatizaron, entre otras, el Correo, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, las AFJP, YPF, Tandanor, y ahora los trenes. Y es bueno recordar que en todos los casos, sin excepción, fue para poner fin a gestiones privadas deplorables. Baste como ejemplo del desquicio de gestión de las empresas estatizadas desde 2003 en adelante la estatización del Correo Argentino, por entonces en manos de Socma, del grupo Macri, que ni siquiera había cumplido con el pago del canon, y que hasta contabilizó como inversión el pago de la indemnización a tres mil trabajadores despedidos.
Con la estatización de los ferrocarriles estamos volviendo a dejar en manos del Estado lo que nunca debió dejar de estar en sus manos. En la época fundacional de nuestra Nación, la oligarquía que se había hecho del poder entregó al imperialismo británico la red ferroviaria más importante de América del Sur. En 1947, el Estado argentino la recuperó en beneficio de nuestro pueblo, que la hizo entrañablemente suya. Ahora la recuperamos por segunda vez, para reconstruirla y para ponerla nuevamente al servicio de las grandes mayorías, del crecimiento y de la inclusión.
1 comentario:
Simplemente apoyar y compartir los conceptos de Jorge Rivas , ningún país va a crecer si no hay medios de transporte a lo largo y ancho del país y masivos y a precios subsidiados en algunas zonas que sea necesarios y que se esta logrando gracias a este proyecto nacional inclusivo y popular . Gracias Jorge Rivas otra vez
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