El diputado nacional Jorge Rivas junto a Sergio Szpolski, candidato del kirchnerismo a la intendencia de Tigre, y Martín López, candidato a consejero escolar y referente distrital del Socialismo para la Victoria, organizadores de este acto en el local del FpV, en Cazón 369.
Aquí, el discurso de Jorge Rivas:
"Compañeros:
Es muy grato para mí estar nuevamente aquí, en Tigre, tanto para acompañar al compañero Martín López como para respaldar la candidatura a intendente del compañero Sergio Spolsky.
Y no lo hago solo a título personal, sino en representación de todos los socialistas para la victoria de la provincia.
Venir a este distrito a respaldar a todos los candidatos del Frente para la Victoria me resulta especialmente grato, porque soy consciente del clima de adversidad política en el que deben hacer campaña los compañeros en el orden local.
Y es que precisamente en Tigre es donde se ve la verdadera cara del massismo autoritario, que se expresa mediante el cierre de locales de la oposición, o la clausura de bibliotecas populares. O lisa y llanamente, mandando a la policía local a reprimir a los militantes populares.
Por eso me parece muy importante el trabajo militante de los compañeros para que Tigre se pueda alinearse con el proyecto nacional y popular que conduce Cristina Kirchner.
Un proyecto nacional que en estos últimos doce años ha logrado revertir la profunda decadencia social, económica, y también política, a la que había llegado nuestro país tras la aplicación de salvajes políticas neoliberales.
Un proyecto que desde el 25 de mayo de 2003, con Néstor como presidente, cambió profundamente el rumbo o la dirección política, por lo que muchos de los paradigmas de los 90 entraron en crisis. Y que hizo posible que la política recuperara su poder decisorio por sobre las corporaciones económicas y mediáticas y que los partidos volvieran a nutrirse de jóvenes militantes.
Se inició entonces una etapa de reconstrucción del Estado, se reindustrializó el país, se bajó el índice de desempleo: los argentinos recuperamos nuestra autoestima. Con Néstor a la cabeza, logramos avanzar pese a la adversidad, empezando a edificar desde los pesados escombros sociales que nos había dejado la catástrofe neoliberal.
El 10 de diciembre de 2007, Cristina recogió la posta que le pasó Néstor, y con pulso firme mantuvo el rumbo del proyecto. Así fue como en estos últimos 8 años se mantuvo constante la inclusión social y la expansión de nuevos derechos. La Argentina ganó en materia de independencia económica. Basten como ejemplo de ello, entre otras cosas, la nacionalización de YPF y la ley de Pago Soberano. Ni que hablar de la dignidad con la que enfrentamos la negociación con los fondos buitre. Y también ganó en materia de calidad institucional, ya que mal que les pese a algunos falsos republicanos detractores de nuestro gobierno nacional, podemos decir que hoy la democracia argentina es más genuina que nunca. En efecto, las políticas de inclusión social y de expansión de derechos lograron elevar a la condición de ciudadanos a muchos hombres y mujeres que una década atrás solo eran considerados habitantes despojados de todo derecho político, social y económico.
Un párrafo aparte merece el notable avance en materia de derechos humanos, que ha convertido a la Argentina en un faro de referencia para todas las naciones civilizadas del mundo.
Y es precisamente en las próximas elecciones generales donde se va a dar la disputa por ese rumbo o dirección. Y como bien dijo nuestra presidenta, más allá de la cantidad de candidatos, la disputa se va a dar entre dos proyectos políticos.
Uno de exclusión, ajuste, concentración económica, en fin, el viejo plan de la derecha. Y el otro es nuestro proyecto popular, de inclusión, de expansión de derechos, y desarrollo económico.
Es por eso que de acá al 25 de octubre debemos doblegar nuestro esfuerzo militante para garantizar el triunfo de Daniel Scioli en el orden nacional, y de Sergio Spolsky en el orden local.
Perder las próximas elecciones significaría un enorme retroceso. De la mano de la restauración conservadora de derecha, en efecto, se perderían todos los logros económicos y sociales que hemos conseguido en estos últimos 12 años.
El triunfo del Frente para la Victoria es la única garantía de desarrollo con inclusión social y expansión de derechos, para seguir avanzando en la construcción de una sociedad más solidaria, más igualitaria, y más justa.
Mucha fuerza, y muchas gracias."
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